DIOS SIEMPRE OFRECE
SALVACIÓN
Evangelio domingo 15 de
octubre 2023Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Tomó Jesús la palabra y habló en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
«El reino de los
cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo. Mandó criados para
que avisaran a los convidados a la boda, pero no quisieron ir. Volvió a mandar
criados, encargándoles que les dijeran: "Tengo preparado el banquete, he
matado terneros y reses cebadas, y todo está a punto. Venid a la boda."
Los convidados no hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios; los demás les echaron mano a los criados y los maltrataron hasta matarlos. El rey montó en cólera, envió sus tropas, que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad. Luego dijo a sus criados: "La boda está preparada, pero los convidados no se la merecían.” Mateo 22, 1-10
Dios ofrece salvación para toda la humanidad. La clave está en entender el plan de Dios. No obliga a ninguna persona. No amenaza a ninguna persona. No le cierra las puertas a las personas. Cada persona libre y voluntariamente debe tomar su decisión de vivir según el plan divino o según el capricho personal.
Los convidados no hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios; los demás les echaron mano a los criados y los maltrataron hasta matarlos. El rey montó en cólera, envió sus tropas, que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad. Luego dijo a sus criados: "La boda está preparada, pero los convidados no se la merecían.” Mateo 22, 1-10
Dios ofrece salvación para toda la humanidad. La clave está en entender el plan de Dios. No obliga a ninguna persona. No amenaza a ninguna persona. No le cierra las puertas a las personas. Cada persona libre y voluntariamente debe tomar su decisión de vivir según el plan divino o según el capricho personal.
Quienes le dan prioridad a sus
asuntos personales no logran llegar al banquete ofrecido por Dios para todos
aquellos que quieran vivir según la libertad de los hijos de Dios.
El único autor de la salvación es quien propone las condiciones, presenta el ambiente y ofrece las oportunidades. Cuando alguien rechaza conscientemente la salvación, es porque toma una actitud contraria a la invitación del Dios de la vida y de la esperanza. Sencillamente no asiste al banquete de bodas. Inventarse la mejor disculpa para no estar en las cosas de Dios, no sirve de nada.
El único autor de la salvación es quien propone las condiciones, presenta el ambiente y ofrece las oportunidades. Cuando alguien rechaza conscientemente la salvación, es porque toma una actitud contraria a la invitación del Dios de la vida y de la esperanza. Sencillamente no asiste al banquete de bodas. Inventarse la mejor disculpa para no estar en las cosas de Dios, no sirve de nada.
La hermenéutica bíblica propone la
posibilidad de pensar en un traje para asistir al banquete de la salvación.
San Gregorio Magno explica en qué consiste dicho traje: «Cada uno de vosotros,
por tanto, que en la Iglesia tiene fe en Dios ya ha tomado parte en el banquete
de bodas, pero no puede decir que lleva el vestido nupcial si no custodia la
gracia de la caridad». (cfr. Benedicto XVI, Homilía, 9 de octubre, 2011).
El amor a Dios y el amor a los demás, definen la presentación de alguien que desea asistir al banquete de la salvación. Amar más y mejor; amar en lo grande y en lo pequeño; amar en la prosperidad y en la adversidad; porque nosotros hemos sido amados e invitados a participar del amor de Dios. El modelo a seguir para amar sin medida es el mismo Cristo; y la ayuda que Él mismo nos brinda es su Espíritu.
SI DESEAS ESCUCHAR EL AUDIO DE ESTA REFLEXIÓN HAZ CLICK AQUÍ
https://youtu.be/efDau7_QxDw
El amor a Dios y el amor a los demás, definen la presentación de alguien que desea asistir al banquete de la salvación. Amar más y mejor; amar en lo grande y en lo pequeño; amar en la prosperidad y en la adversidad; porque nosotros hemos sido amados e invitados a participar del amor de Dios. El modelo a seguir para amar sin medida es el mismo Cristo; y la ayuda que Él mismo nos brinda es su Espíritu.
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