LA CONVERSIÓN ES BASE PARA LA FUTURA MISIÓN Evangelio viernes 6 de octubre 2023
LA CONVERSIÓN ES BASE PARA
LA FUTURA MISIÓN
Evangelio viernes 6 de
octubre 2023
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
“«Jesús dijo: ¡Ay de ti, Corazain! ¡Ay
de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros
que se han hecho en vosotras, tiempo hace que, sentados con sayal y ceniza, se
habrían convertido. Por eso, en el Juicio habrá menos rigor para Tiro y Sidón
que para vosotras. Y tú, Cafarnaúm, ¿hasta el cielo te vas a encumbrar?
¡Hasta el Hades te hundirás! «Quien a vosotros
os escucha, a mí me escucha; y quien a vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y
quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado». Lucas 10, 13-16
El objetivo fundamental de la misión se
llama la conversión. Jesús de Nazareth cumplió perfectamente la voluntad de
su Padre celestial. Inició su predicación invitando a la humanidad a la
conversión personal. En otras palabras, sin conversión es infecunda la misión.
“Convertíos porque está cerca el Reino de los cielos”. (Mateo 4, 17). Grosso
modo, se puede decir sin temor a equivocarse que los discursos en el ministerio
del Nazareno, todos llevan la consigna de la conversión.
Cuando se trata de hablar de conversión, es
definir el éxito de la misión, de la vocación, de la vida de la fe, de los
proyectos de vida, de lo que una persona de fe quiera realizar a través de
la Iglesia Católica. No en Vano, el predicador Mesías, llama la atención donde
se les brindó las oportunidades de la conversión y no la quisieron asimilar.
Qué les pasó a Corozaín, a Betsaida y a Cafarnaúm.
El
llamado de la conversión es para que cada persona pueda entender en un posible
cambio de actitud, cambio de vida, forma de vivir. Se trata pues de vivir
con Dios, para Dios, con los demás, para los demás, con amor y por amor. Así lo
entiende y lo predica el Papa Francisco. (cfr. Homilía, 6 de enero, 2021).
El
Papa Benedicto XVI afirma: “Convertirse
significa creer que Jesús ‘se ha dado a sí mismo por mí’, muriendo en la cruz y
resucitando, vive conmigo y en mí. Confiándome a la potencia de su perdón,
dejándome tomar de la mano, puedo salir de las arenas movedizas del orgullo y
del pecado, de la mentira y de la tristeza, del egoísmo y de toda falsa
seguridad, para conocer y vivir la riqueza de su amor”. (cfr. Ángelus, 25 de
enero, 2019).
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https://youtu.be/oqmAQFT9hik
