SER SANTOS ES LA META QUE NOS PROPONE DIOS
Evangelio miércoles 1 de
noviembre 2023
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué“Jesús subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo: «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que trabajan
por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los
perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los
Cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con
mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa.” Mateo 5, 1-12ª
Dios nos ha llamado a todos a la santidad. Ser santo no es tener una aureola en la cabeza y hacer milagros, sino simplemente hacer las cosas ordinarias de una manera extraordinariamente bien, con amor y por amor a Dios. debemos luchar contra todo aquello que nos impide llegar a la santidad de vida como: el pesimismo, la pasión dominante, el orgullo exagerado, la indiferencia, etc. Cuando se trata de ser santo podemos hablar de un sinónimo en el vocabulario bíblico que es “Bienaventurado”.
Ser santo no es una idea descabellada, no es un imposible. La Sagrada Escritura afirma que se puede llegar muy lejos, mientras la persona crea y confíe en la presencia de Dios. Por ejemplo: El Maestro de Nazareth dice: “Sin mí no pueden hacer nada” (Juan 15, 5). “Todo es posible para la persona que cree” (Marcos 9, 23). “Todo lo puedo en Cristo” (Filipenses 4, 13). “Sean santos como su padre celestial es santo” (Mateo 5, 48).
Nuestro Catecismo de la Iglesia Católica nos recuerdo que todos los que somos cristianos estamos llamados a la perfección de la santidad. (Numeral 825). El Concilio Ecuménico de la Iglesia Católica nos invita a buscar la santidad y la perfección en el propio estado de vida. (cfr. Lumen Gentium, 42). En conclusión, ser santo es un camino posible, se trata de buscar la sana perfección y hacer todo según la voluntad de Dios.
San Juan Pablo II enseñó que la santidad no es privilegio de unos pocos, es la vocación universal del pueblo de Dios. El Papa Benedicto XVI explica que la santidad está en la caridad plenamente vivida. Dice la Escritura: “Dios es amor y el que permanece en el amor, permanece en Dios” (1 de Juan 4, 16). (cfr. Audiencia, 13 de abril, 2011).
El Papa Francisco indica que la santidad está en seguir el proyecto de amor que Cristo dejó en nosotros, amar a los demás como Dios nos ha amado. (cfr. Homilía, 15 de mayo, 2022).
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https://youtu.be/f4A9UkyK61g
Dios nos ha llamado a todos a la santidad. Ser santo no es tener una aureola en la cabeza y hacer milagros, sino simplemente hacer las cosas ordinarias de una manera extraordinariamente bien, con amor y por amor a Dios. debemos luchar contra todo aquello que nos impide llegar a la santidad de vida como: el pesimismo, la pasión dominante, el orgullo exagerado, la indiferencia, etc. Cuando se trata de ser santo podemos hablar de un sinónimo en el vocabulario bíblico que es “Bienaventurado”.
Ser santo no es una idea descabellada, no es un imposible. La Sagrada Escritura afirma que se puede llegar muy lejos, mientras la persona crea y confíe en la presencia de Dios. Por ejemplo: El Maestro de Nazareth dice: “Sin mí no pueden hacer nada” (Juan 15, 5). “Todo es posible para la persona que cree” (Marcos 9, 23). “Todo lo puedo en Cristo” (Filipenses 4, 13). “Sean santos como su padre celestial es santo” (Mateo 5, 48).
Nuestro Catecismo de la Iglesia Católica nos recuerdo que todos los que somos cristianos estamos llamados a la perfección de la santidad. (Numeral 825). El Concilio Ecuménico de la Iglesia Católica nos invita a buscar la santidad y la perfección en el propio estado de vida. (cfr. Lumen Gentium, 42). En conclusión, ser santo es un camino posible, se trata de buscar la sana perfección y hacer todo según la voluntad de Dios.
San Juan Pablo II enseñó que la santidad no es privilegio de unos pocos, es la vocación universal del pueblo de Dios. El Papa Benedicto XVI explica que la santidad está en la caridad plenamente vivida. Dice la Escritura: “Dios es amor y el que permanece en el amor, permanece en Dios” (1 de Juan 4, 16). (cfr. Audiencia, 13 de abril, 2011).
El Papa Francisco indica que la santidad está en seguir el proyecto de amor que Cristo dejó en nosotros, amar a los demás como Dios nos ha amado. (cfr. Homilía, 15 de mayo, 2022).
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