24 de octubre de 2023

DEBEMOS SER PERSONAS FIELES Y PRUDENTES Evangelio miércoles 25 de octubre 2023


DEBEMOS SER PERSONAS FIELES Y PRUDENTES
       
Evangelio miércoles 25 de octubre 2023
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Dijo Jesús a sus discípulos: «Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, no le dejaría abrir un boquete. Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.»Pedro le preguntó: «Señor, ¿has dicho esa parábola por nosotros o por todos?» El Señor le respondió: «¿Quién es el administrador fiel y solícito a quien el amo ha puesto al frente de su servidumbre para que les reparta la ración a sus horas? Dichoso el criado a quien su amo, al llegar, lo encuentre portándose así. Os aseguro que lo pondrá al frente de todos sus bienes.” °°° Lucas 12, 39-48. 
 
            Un buen servidor, debe ser una persona atenta, vigilante, fiel y prudente. Son las características de alguien que vive con responsabilidad su fe. Alguien que cumple con sus deberes. Alguien que no permite sorpresas negativas en su vida, porque es vigilante. Alguien que encontró en la fidelidad el soporte más seguro para seguir a Dios. Alguien que vive según la prudencia, que es una virtud que le permite actuar con cuidado, de una manera justa y adecuada.
 
            El Papa Francisco a través de un Motu Proprio, creó una nueva secretaría en el Estado del Vaticano. La decisión personal que tomó el Papa la tituló: “Fidelis dispensator et prudens” para recordar a quienes le sirven a Dios en la Iglesia, sean administradores fieles y prudentes. (Carta apostólica, 24 de febrero, 2014).
 
El apóstol san Pablo recomienda a quienes le van a servir a Jesucristo en su Iglesia, que las personas vean en nosotros servidores de Cristo y administradores de sus misterios. Lo que más se le pide a un administrador es que sea una persona fiel. (1 Corintios 4, 1). 
 
            Fidelidad y prudencia se combinan perfectamente en alguien que desee cumplir cabalmente con sus deberes religiosos, con sus deberes matrimoniales, con sus deberes administrativos, con sus deberes familiares. Si se trata de fidelidad y prudencia, es bueno estar atentos a no caer en la debilidad de una extraña fidelidad o de una falsa prudencia.
 
La Sagrada Escritura advierte que, en la mentalidad de los fariseos, la fidelidad a Dios se medía por el cumplimiento de las numerosísimas normas y por la realización de unos ritos descritos en sus mínimos detalles. Esa es una falsa fidelidad. Cierra la posibilidad de que muchos lleguen al Reino de Dios. (cfr. Mateo 23, 13-22). Para los verdaderos seguidores de Cristo, la fidelidad se mide por el amor a Dios y a los demás. (cfr. Mateo 22, 36-40).
 
Una sana prudencia es acostumbrarse a vivir según los mandatos de Dios. (cfr. Eclesiástico 15, 15). Santo Tomás de Aquino enseña que la buena prudencia exige un buen razonamiento. Lo contrario es la imprudencia, la negligencia, el no tomar la decisión en el momento indicado.
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https://youtu.be/pzRO7plfIfw