31 de agosto de 2024

¿CUÁL ES EL VERDADERO CULTO A DIOS? Evangelio domingo 1 de septiembre 2024


¿CUÁL ES EL VERDADERO CULTO A DIOS?
Evangelio domingo 1 de septiembre 2024
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Los fariseos con algunos escribas llegados de Jerusalén se acercaron a Jesús, y vieron que algunos de sus discípulos comían con las manos impuras, es decir, sin lavar. Los fariseos, en efecto, y los judíos en general, no comen sin lavarse antes cuidadosamente las manos, siguiendo la tradición de sus antepasados; y al volver del mercado, no comen sin hacer primero las abluciones.
            Además, hay muchas otras prácticas, a las que están aferrados por tradición, como el lavado de los vasos, de las jarras y de la vajilla de bronce.
 
            Entonces los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús: “¿Por qué tus discípulos no proceden de acuerdo con la tradición de nuestros antepasados, sino que comen con las manos impuras?”. Él les respondió: “¡Hipócritas! Bien profetizó de ustedes Isaías, en el pasaje de la Escritura que dice: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí.” °°° Marcos 7, 1-8. 14-15. 21-23. 
 
            Para vivir auténticamente una religión es bueno determinar: ¿Cuál es el verdadero culto a Dios? Cuando no tenemos una respuesta correcta a esta inquietud, nos comportamos como los fariseos, que propiamente cambiaron el modelo de Dios y terminaron alabando a Dios con la boca, pero su corazón y limpieza era contrario a lo que decían.
 
El verdadero culto a Dios es respaldar lo que tú crees y anuncias con lo que eres y tratas a los demás. Jesucristo nos recuerda, qué es lo que no le permite a una persona vivir limpiamente su religión: el robo, la avaricia, el fraude, el libertinaje, la envidia, la insolencia, etc. (Marcos 7, 21-23).
 
            El Hijo de Dios le enseña a una mujer samaritana cuál es el culto que quiere Dios. Los que quieran dar culto verdadero adorarán al Padre en espíritu y verdad, porque el Padre desea que le den culto así. Dios es espíritu, y los que le dan culto deben hacerlo en espíritu y verdad.» (Juan 4, 23-24).
 
Nuestro Catecismo de la Iglesia Católica nos enseña el buen culto a Dios. La adoración es el primer acto de la virtud de la religión. Adorar a Dios es reconocerle como Dios, como Creador y Salvador, Señor y Dueño de todo lo que existe. Adorar bien a Dios es salir de la esclavitud del pecado y de la idolatría del mundo” (cfr. Numerales 2095-2097).
 
            El gran profeta enseña el culto que Dios quiere: “Aparten de mi vista sus maldades. Hagan siempre el bien, hagan lo justo, ayuden a los demás, practiquen la justicia, defiendan los derechos.” (Isaías 1, 16-17). San Pablo recomienda un excelente culto a Dios: “Cambien su manera de pensar, cambien su manera de vivir. La voluntad de Dios es lo bueno, lo grato, lo perfecto”.  (Romanos 12, 1-2).
 
 El Papa Francisco afirma: el verdadero culto a Dios no nos debe llevar a la discriminación, al odio y la violencia, sino al respeto de la sacralidad de la vida, al respeto de la dignidad y la libertad de los demás, y al compromiso amoroso por todos” (cfr. Visita apostólica a Sri Lanka, 14 de enero, 2015).
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