19 de agosto 2024. SEGUIMOS… ¡“PR0GRESANDO”!
Autor: Padre Mario García Isaza, cm. Formador Seminario Mayor Arquidiócesis de Ibagué.
Correo del
autor: magarisaz@hotmail.com El
mundo, y nuestra querida patria colombiana, continúan precipitándose hacia el
abismo de la descomposición moral y
la adopción de todos los antivalores como normas de conducta. Suena a
afirmación apocalíptica, a sentencia pesimista y sombría; en realidad, es
afirmación de hechos reales que jalonan el camino que estamos recorriendo.
Y debo
añadir algo más : esa adopción de
antivalores, ese estar renunciando a aquellos que, cimentados en la moral
cristiana, nos dieron altura y
dignidad; esa fatídica labor de
zapa en los cimientos cristianos que identificaron por siglos la civilización
occidental, hoy se nos presentan como conquistas, como logros de los que
tendríamos que ufanarnos; se nos dice
que con ellos estamos mostrándonos como una sociedad “moderna”, que son
conquistas que marcan el progreso, que significan que vamos dejando de ser una comunidad que vive anquilosada en
formas de vida propias de la era de las cavernas…
Me permito
glosar dos hechos recientes, el primero acontecido en Colombia, y el segundo de
alcance mundial. Dos hechos que no han provocado, y es éste mi primer
comentario, ninguna reacción, que ni siquiera han sido consignados en los
medios, que se dan simplemente…y ante los cuales, como afirmé hace poco, parecemos anestesiados.
La Superintendencia
Nacional de Salud acaba de publicar, en obedecimiento a una orden de la
inefable Corte Suprema, una Circular que lleva la firma de su director, Luis
Carlos Leal Angarita y tiene la fecha del 15 de agosto del 2024: hace apenas
cuatro días.
Y la
finalidad de dicho documento es reglamentar
el infanticidio en Colombia. Así, como suena, por más que hipócritamente y
para paliar la horrenda realidad se sigan utilizando los eufemismos arteros y
cobardes, hablando no de aborto sino de IVE… El malhadado documento recuerda
las etapas que han constituido el tortuoso pero calculado camino para llegar a
lo de ahora: partiendo de la sentencia C-355 del 2006 de la Corte, pasando por
la T-209 del 2008 que reduce las
posibilidades de la objeción de conciencia, y por la T-388 del 2009 y la T-636
del 2011 que abren las puertas para que pueda alegarse como motivación para
asesinar al no nacido
el simple “riesgo para la salud mental de la madre”
…, y siguiendo con la sentencia C-055 de 2022, que establece, criminalmente,
que la ejecución abortiva del niño puede
cumplirse “sin límite de tiempo” si se da una de las tres causas señaladas
por la sentencia del 2006, y además presenta la aberrante afirmación de que ya no hay que hablar de mujer sino de
“persona gestante”, término ambiguo que incluiría a “niñas y adolescentes”
y a “hombres transgénero… y a transmasculinos (?)…
la ominosa
circular que estoy glosando establece entre otras cosas, que las menores de
edad, ya que “gozan de plena capacidad para consentir tratamientos en su cuerpo”,
pueden acudir al médico abortista sin
necesidad de autorización de sus padres o acudientes. Asienta, además, el
nefasto documento de la Supersalud, que su propósito es “supervisar el acceso y
la prestación efectiva de la práctica del aborto en cualquier etapa del
desarrollo”; prohíbe la objeción de conciencia institucional; y en su número 12
dice que “las convicciones íntimas del
médico no pueden basarse en su opinión frente al aborto” ¿Habrase visto
prohibición más arbitraria, más absurda, más irrespetuosa, más imbécil?
Estamos,
pues, informados. ¡Hurra!, seguimos “progresando” … qué maravilla, nos
alinderamos con las naciones más modernas y desarrolladas … ya hemos logrado
reconocerles a las madres el “derecho”, que los amigos de doctrinas anticuadas
pretenden negarles, de asesinar al hijo que han concebido.
¡Pobre
Colombia, empujada así hacia el abismo, sin
que los que profesamos una moral cristiana reaccionemos, por cobardes y
pusilánimes! Bueno sería que los corifeos del aborto recordaran las
inmutables enseñanzas de la Iglesia Católica, que sigue y seguirá llamándolo “crimen abominable” (Vaticano II,
“Gaudium et Spes”, 51; Catecismo de la Iglesia, 2270 - 2273; San Juan Pablo II,
encíclica “Evangelium vitae”, y carta a las famiias “Gratissimum sane”…)
Y el otro hecho:
la ONU, ese organismo que ya se desvió definitivamente de sus objetivos
primigenios y se ha constituido en promotor
de todas las aberraciones del llamado progresismo, y en ordenador de todas las
políticas inspiradas en la ideología de género, acaba de proponer un
documento que busca “despenalizar la
pornografía infantil” en los Estados Unidos y en la Unión Europea.
Pretende
y afirma que “los niños mayores de 14 años tienen derecho a desarrollar
relaciones sexuales”; un delegado de Austria en ese organismo, justifica y
considera que no debe prohibirse la pornografía “cuando las imágenes no
muestran un niño real”, o cuando “constituye una relación consensuada” … Si eso
no es auténtica corrupción oficial de menores, no sé lo que podrá ser.
Solo falta
que, entre nosotros la Supersalud y la Corte no despenalicen simplemente el
asesinato de los niños no nacidos, sino que lo aconsejen y recomienden; y que
la ONU haga otro tanto con la pornografía infantil… Como vamos… hacia allá nos
dirigimos. Es que “seguimos progresando” … ¡Dios los confunda!