Evangelio jueves 8 de agosto 2024
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
“Al llegar
a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: “¿Qué dice
la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?” Ellos le respondieron:
“Unos dicen que es Juan el Bautista; otros Elías; y otros, Jeremías o alguno de
los profetas”. “Y ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy?” Tomando la
palabra, Simón Pedro respondió: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”.
Y Jesús le dijo: “Feliz de ti,
Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la
sangre, sino mi Padre que está en el cielo. Y Yo te digo: Tú eres Pedro, y
sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la muerte no prevalecerá
contra ella. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en
la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará
desatado en el cielo”.
Entonces ordenó severamente a sus
discípulos que no dijeran a nadie que Él era el Mesías.” °°° Mateo 16, 13-23.
Nos
convertimos en mejores cristianos en la medida en que vamos conociendo,
madurando y entendiendo el ser del Maestro de Nazareth. La lectura orante
de la Palabra de Dios, la oración, la Eucaristía, la vida sacramental, nos
permiten conocer mejor al Hijo de Dios. San Pedro es un buen ejemplo, de
aquella persona que descubre el punto central de la virtud de la fe. Contesta a su Maestro quién es él, y respalda
con su vida la misión que le encomienda en la Iglesia.
El
Papa Benedicto XVI de una manera muy sabia, en su primera encíclica, titulada:
“Dios es amor”. Nos indica a todos los cristianos cómo conocemos a Dios y esto
nos permite cumplir con nuestra misión. Dice el santo Padre: Dios es amor, y
quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él» (1 Juan 4, 16). Estas
palabras de la Primera carta de Juan expresan con claridad meridiana el corazón
de la fe cristiana: la imagen cristiana de Dios y también la consiguiente
imagen del hombre y de su camino.
Además, en
este mismo versículo, Juan nos ofrece, por así decir, una formulación sintética
de la existencia cristiana: «Nosotros
hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él». (Deus
Caritas est, 1).
Creer y conocer son dos verbos que
nos permiten avanzar con mucha seguridad en la vida cristiana. San Pedro le
contestó a su Maestro lo que él creía y eso fue suficiente para convertirse en
la gran columna de la Iglesia Católica.
El Papa Francisco ubica la fe como fundamento
de la vida cristiana:
“Jesús entiende que, gracias a la fe donada por el Padre, hay un fundamento
sólido sobre el cual puede construir su comunidad, su Iglesia. Por eso dice a
Simón: «Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia» (cfr. Ángelus,
27 de agosto, 2017).
SI DESEAS ESCUCHAR EL AUDIO DE ESTA REFLEXIÓN
HAZ CLICK AQUÍ