6 de agosto de 2024

JESUCRISTO OFRECE SALVACIÓN UNIVERSAL Evangelio miércoles 7 de agosto 2024


JESUCRISTO OFRECE SALVACIÓN UNIVERSAL                                           
Evangelio miércoles 7 de agosto 2024
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Jesús partió de Genesaret y se retiró al país de Tiro y de Sidón. Entonces una mujer cananea, que procedía de esa región, comenzó a gritar: “¡Señor, ¡Hijo de David, ten piedad de mí! Mi hija está terriblemente atormentada por un demonio”. Pero Él no le respondió nada.
Sus discípulos se acercaron y le pidieron: “Señor, atiéndela, porque nos persigue con sus gritos”.
 
            Jesús respondió: “Yo he sido enviado solamente a las ovejas perdidas del pueblo de Israel”. Pero la mujer fue a postrarse ante Él y le dijo: “¡Señor, socórreme!” Jesús le dijo: “No está bien tomar el pan de los hijos, para tirárselo a los cachorros”.
 
            Ella respondió: “¡Y sin embargo, Señor, los cachorros comen las migas que caen de la mesa de sus dueños!” Entonces Jesús le dijo: “Mujer, ¡qué grande es tu fe! ¡Que se cumpla tu deseo!” Y en ese momento su hija quedó sana.” Mateo 15, 21-28
 
            Jesucristo ofrece salvación universal. Cuando se trata hablar del tema salvífico es muy importante no caer en la tentación de ser excluyentes. En ningún momento Dios, le niega la salvación a alguna persona. Al contrario, su lema es: “El Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido” (Lucas 19, 10). “Yo no condeno al que escucha mis palabras y no las guarda, no he venido a condenar al mundo, sino a salvarlo”. (Juan 12, 47).  “Dios no envió su Hijo para condenar el mundo, sino para que el mundo se salve por Él” (Juan 3, 17). La salvación viene de Dios, es de Dios, se convierte en realidad para toda la humanidad.
 
            La salvación que ofrece Dios, va en comunión con la fe de la persona, con la conversión, con el verdadero arrepentimiento, con la aceptación de la Palabra de Dios. Una mujer samaritana, encuentra su camino hacia Dios. El Maestro de Nazareth le regala la clave de la salvación: “Los que quieran dar culto verdadero adorarán al Padre en espíritu y verdad. (cfr. Juan 4, 23).
 
Una mujer Cananea convence al Hijo de Dios por su calidad de fe. El salvador le responde: “Mujer, qué grande es tu fe”. El obstáculo que encuentra la salvación es la incredulidad de la persona. Si no existe la fe, la misma persona cierra el paso hacia la salvación, no Dios.
 
            Pensemos en otro ejemplo, del único salvador: Pedro y Juan representan al colegio apostólico, ellos son testigos de la resurrección de Cristo, por su obra, el pueblo de Dios los acredita como mediadores de la salvación (Hechos 4, 9, 12); en el fondo, el verdadero protagonista de toda esa riqueza apostólica es Jesús, único salvador.
 
El Papa Francisco enseña: La salvación «no se compra y no se vende» porque «es un regalo totalmente gratuito». Pero para recibirla Dios nos pide tener «un corazón humilde, dócil, obediente» (cfr. Homilía, 25 de marzo, 2014).    
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