EL BUEN DISCÍPULO Evangelio miércoles 5 de noviembre 2025
EL BUEN DISCIPULO CUMPLE LAS EXIGENCIAS DE SU MAESTRO
Evangelio miércoles 5 de noviembre 2025
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Junto con Jesús
iba un gran gentío, y él, dándose vuelta, les dijo: Cualquiera que venga a mí y
no me ame más que a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus
hermanos y hermanas, y hasta a su propia vida, no puede ser mi discípulo. El
que no carga con su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.
¿Quién de ustedes, si quiere edificar una torre, no se sienta primero a
calcular los gastos, para ver si tiene con qué terminarla? No sea que una vez
puestos los cimientos, no pueda acabar y todos los que lo vean se rían de él,
diciendo: “Éste comenzó a edificar y no pudo terminar”.
¿Y qué rey, cuando sale en campaña contra otro, no se sienta antes a
considerar si con diez mil hombres puede enfrentar al que viene contra él con
veinte mil? Por el contrario, mientras el otro rey está todavía lejos, envía
una embajada para negociar la paz.
De la misma
manera, cualquiera de ustedes que no renuncie a todo lo que posee no puede ser
mi discípulo.” Lucas 14, 25-33
Una prioridad determinante para
poder seguir los pasos del Maestro de Nazareth. El buen discipulado tiene sus
exigencias, las cuales definen el éxito de la misión. Algunos hablan del
precio para seguir a Jesucristo. La respuesta sería: Desprendimiento,
sacrificio, perseverancia, caridad permanente.
“Jesucristo propone la humildad y la
sencillez de corazón para todas aquellas personas que deseen seguir por los
caminos de Dios. Por ejemplo: San Juan el Bautista entendió perfectamente su
misión. La propuso desde la humildad y en ningún momento se olvidó de quién era
y a quién debería anunciar. El apóstol
san Pablo recomienda a todo creyente vivir su fe desde la humildad, la
mansedumbre y la paciencia. (cfr. Colosenses 3, 12).
Dios elige cada persona para una
misión y el éxito de dicha misión depende que cada creyente decida no aferrarse
a los bienes de este mundo y elija los bienes eternos. Es Dios quien nos
elige, somos nosotros quienes tenemos la responsabilidad de no fallarle a él en
lo que nos comprometemos. Las garantías están dadas: Él nos va acompañando en el proceso de
maduración y asimilación de su Palabra, él nos envía con una serie de poderes
que van a ser necesarios para la difusión del Reino de Dios. (cfr. 1 Corintios
12, 7-11).
El Papa Francisco nos recuerda:
Dejar todo y seguir a Cristo no es fácil, pero la retribución es insuperable.
Ahora la pregunta a resolver es, ¿cómo seguir a Cristo? La respuesta es simple,
vive a plenitud lo que Él te ha llamado a ser, padre, madre, hija (o),
religiosa, sacerdote, etc. Tendrás momentos difíciles, habrá lágrimas y
sufrimiento, pero será pasajero; podrás sentir que caminas en la oscuridad,
pero Él te lleva de la mano; ánimo, la vida eterna te espera. (cfr. Homilía, 28
de mayo, 2024).
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https://youtu.be/rfr-S3h_Gu8