28 de noviembre de 2025

La templanza asegura el dominio de la voluntad Evangelio sábado 29 de noviembre 2025


LA PERSONA MODERADA GUARDA LA DISCRECIÓN
“La templanza asegura el dominio de la voluntad” 
Evangelio sábado 29 de noviembre 2025
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Jesús hablaba a sus discípulos acerca de su venida: Tengan cuidado de no dejarse aturdir por los excesos, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, para que ese día no caiga de improviso sobre ustedes como una trampa, porque sobrevendrá a todos los hombres en toda la tierra.Estén prevenidos y oren incesantemente, para quedar a salvo de todo lo que ha de ocurrir. Así podrán comparecer seguros ante el Hijo del hombre.” Lucas 21, 34-36
 
            Estar atentos y acompañados con la oración es muy válido para no permitir que las tentaciones de este mundo cierren las posibilidades de ganar el Reino y la eternidad. La moderación sería el valor indicado para organizar la vida en este mundo mientras llega el Reino definitivo de Dios. Cuando una persona es moderada, logra organizar sus pensamientos, sus comportamientos, sus proyectos y termina muy bien en su vida. El secreto está en no caer en el exceso que es precisamente lo que recomienda el Hijo de Dios. “No se dejen aturdir por los excesos” (Lucas 21, 34)
 
            El apóstol san Pablo recomienda que vivamos de acuerdo al Espíritu de Dios. Esto implica decir que no debemos dejarnos llevar por la tentación de caer en los excesos de este mundo. Por ejemplo: Idolatría, superstición, enemistades, rivalidades, ambiciones, discordias, sectarismos, disensiones. No a todos los excesos de la naturaleza. (cfr. Gálatas 5, 18-26).
 
            La templanza es una virtud que nos impulsa en el control de los deseos y la moderación de nuestros actos. Cuando una persona aplica la templanza en su vida, gana la moderación y la sobriedad. Para vivir de acuerdo a la templanza es obligatorio moderar o evitar los excesos. De esta manera la persona gana madurez, equilibrio, sobriedad y éxito en sus planes a largo plazo.
            El apóstol san Pedro recomienda que todo creyente debe obrar con toda diligencia si lo desea hacer, debe añadir la Fe, el dominio propio, la perseverancia. (1 Pedro 1, 5-8).
            Nuestro Catecismo de la Iglesia Católica parodiando la predicación de san Pablo nos recomienda que seamos personas virtuosas, para poder lograr el equilibrio y no caer en los extremos. Por ejemplo. “Todo cuanto hay de verdadero, de noble, de justo, de puro, de amable, de honorable, todo cuanto sea virtud y cosa digna de elogio, todo eso tenedlo en cuenta” (Filipenses 4, 8).
 
 La persona moderada orienta hacia el bien sus apetitos sensibles, guarda una sana discreción y no se deja arrastrar “para seguir la pasión de su corazón” (cfr. Si 5,2; 37, 27-31). La templanza es a menudo alabada en el Antiguo Testamento: “No vayas detrás de tus pasiones, tus deseos refrena” (Si 18, 30). En el Nuevo Testamento es llamada “moderación” o “sobriedad”. Debemos “vivir con moderación, justicia y piedad en el siglo presente” (Tito 2, 12). (cfr. Catecismo Iglesia Católica, numeral 1809)
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https://youtu.be/TAL5BulXlAk