GENEROSIDAD DE CORAZÓN PARA NUESTRA FE
La generosidad no necesita recompensa Evangelio lunes 24 de noviembre 2025
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Levantando los ojos, Jesús vio a unos ricos que ponían sus ofrendas en el tesoro del Templo. Vio también a una viuda de condición muy humilde, que ponía dos pequeñas monedas de cobre, y dijo: “Les aseguro que esta pobre viuda ha dado más que nadie.
Porque todos los demás dieron como ofrenda algo de lo que les sobraba, pero ella, de su indigencia, dio todo lo que tenía para vivir”. Lucas 21, 1-4
La manera como se debe vivir
nuestra Fe es desde la humildad, la sencillez, la generosidad y el sentido
común. En los planes de Dios no aparece la posibilidad de buscar honores y
prestigios, ni utilizar a Dios para ganar beneficios sociales. Generosidad de
corazón y entrega desinteresada es el camino a seguir. Razón tiene el Maestro
de Nazareth cuando nos dice: “Ella dio todo lo que tenía para vivir” (Lucas 21,
4).
El Papa Francisco enseñó que la generosidad de las
pequeñas cosas ensanchan el corazón. La generosidad nace de la confianza en
Dios. La generosidad
funciona cuando entendemos que se trata de hacer el bien, pensar en los demás.
Podemos ser muy generosos si no caemos en la tentación del consumismo. "Es una enfermedad grande la del
consumismo de hoy.
El consumismo, gastar más de lo que necesito, es
una falta de austeridad
de vida: este es un enemigo de la generosidad. Y la generosidad material tiene
otra consecuencia: agranda el corazón y te lleva a la magnanimidad" En el
antiguo Israel "la viuda, el huérfano y el migrante, el extranjero,
estaban considerados como los más pobres del pueblo". Por ello, el gesto
de la viuda tenía un valor aún mayor. (cfr. Homilía, 26 de noviembre, 2018).
https://youtu.be/ZunJxrvWa4k
