A DIOS SE LE HABLA DE RODILLAS
Evangelio Domingo 8 de Enero 2023
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Después que nació Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes, llegaron a Jerusalén desde el Oriente unos sabios y preguntaron: «¿Dónde está el rey de los judíos, que acaba de nacer? Porque vimos cuando apareció su estrella y venimos a rendirle homenaje.» Cuando el rey Herodes oyó esto, se preocupó mucho, y con él toda Jerusalén. Entonces reunió a todos los sumos sacerdotes y alas escribas del pueblo judío, para preguntarles dónde debía nacer el Mesías.”. Mateo 2, 1-12.
La estrella de Belén sigue marcando el camino
de esta nueva humanidad: Los que creemos somos estrellas con luz permanente,
aprendemos a brillar con luz propia: Alguien advirtió: “Nunca podrán
celebrar la Epifanía: los arrogantes que no saben levantar su mirada al cielo;
ni los que son miopes para ver las manifestaciones de Dios; ni los que tienen
endurecido el corazón y viven en el egoísmo y la ambición”.
No
hay que dejarse vencer por el excentricismo en la manera actual de entender
la vida, tampoco por el subjetivismo moral, menos por la modernidad de las
ideas. El hecho evidente es que el mundo actual necesita de la luz de Dios, de
hombres y mujeres que seamos luz para los demás; de creyentes que aprendamos a
ser sal de la tierra (cfr. Mateo 5,13), luz del mundo (cfr. Mateo 5,14) Lámpara
que ilumine a los demás, (cfr. Mateo 5, 15).
El Papa Francisco enseña que Los
Magos consiguieron superar aquel momento crítico de oscuridad en el palacio de
Herodes, porque creyeron en las Escrituras, en la palabra de los profetas
que señalaba Belén como el lugar donde había de nacer el Mesías. Así
escaparon al letargo de la noche del mundo, reemprendieron su camino y de pronto
vieron nuevamente la estrella, y el Evangelio dice que se llenaron de “inmensa
alegría”. Esa estrella que no se veía en la oscuridad de la mundanidad de aquel
palacio. (cfr. Homilía, 6 de enero, 2014).
Pensemos un poco en la “Epifanía del Señor” o digámoslo de otra manera: la “manifestación” del Salvador, el Mesías esperado, que se revela a todos los pueblos de la humanidad representados en los sabios de Oriente. Los Tres Reyes Magos, quienes dejaron atrás sus tierras y sus culturas para salir al encuentro de Aquel que ha venido para devolver la esperanza a la humanidad.
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