Evangelio Domingo 22 de enero 2023
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
Afirma
el santo Evangelio: “Al enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan se
retira a Galilea. Dejando Nazaret se estableció en Cafarnaún, junto al mar, en
el territorio de Zabulón y Neftalí, para que se cumpliera lo dicho por medio
del profeta Isaías: «Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, camino del mar, al
otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles. El pueblo que habitaba en
tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombras de
muerte, una luz les brilló». Desde entonces comenzó Jesús a predicar diciendo:
«Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos». °°° Mateo 4, 12-17.
El Nazareno propone la conversión
de cada persona, para que pueda vivir de acuerdo al Reino que el Padre
celestial, encomendó a su Hijo. La propuesta de Jesucristo es concreta:
“Conviértanse y crean en la Buena Nueva” (Marcos 1,15). Nuestra conversión debe
llevar a un cambio de conducta y de corazón. (Cfr. Isaías 1,10-19). La
conversión debe ser fruto del Espíritu de Dios. (Cfr. Lucas 3, 16-17). Hay que
comenzar a vivir desde la fe: convertirse al pensamiento y al sentir de
Dios.
El
Papa Francisco advierte en materia de Conversión: No a la mundanidad espiritual. Es la que se esconde detrás de las
apariencias de religiosidad, e incluso de amor a la Iglesia, es buscar, en
lugar de la gloria del Señor, la gloria humana y el bienestar personal. Es lo
que el Señor reprochaba a los fariseos: ¿Cómo es posible que creáis, vosotros
que os glorificáis unos a otros y no os preocupáis por la gloria que sólo viene
de Dios? Juan 5,44.
Hay
que estar atentos a la mundanidad. No a la guerra entre nosotros, no a la
acedia egoísta,
no al pesimismo estéril. La propuesta evangélica es: Que todos puedan admirar
cómo os cuidáis unos a otros, cómo os dais aliento y cómo os acompañáis. Que tengan amor los unos por los otros. (cfr. Juan 13,35.) (cfr. Exhortación
apostólica, Evangelii Gaudium, 81-84). San Juan el Bautista enseña una
excelente propuesta para entender los medios para la conversión.
Dice
el Precursor del Salvador del mundo: Los escalones por los cuales puedo ir
construyendo mi vida hacia ese propósito de la conversión son: “El que tenga
dos túnicas, que le dé una al que no tiene, y el que tenga alimentos que haga
otro tanto. No exigir más de lo que
está mandado. No exigir dinero por la fuerza. No declarar falsamente contra
los demás.”
Son las respuestas que da el
precursor del Mesías a un pueblo que quiere conocer a Dios, vivir según el plan
de Dios. En la predicación de Juan
Bautista, la conversión se manifiesta en acciones concretas frente a las
personas que nos rodean. La conversión no consiste en inútiles golpes de
pecho sino en acciones concretas de justicia en el ejercicio de nuestras
responsabilidades diarias.
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