JESUCRISTO LEVANTA LA AUTOESTIMA A LA HUMANIDAD Evangelio Jueves 12 de Enero 2023
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Se
acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas: si quieres, puedes
limpiarme. Sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó, diciendo: Quiero,
queda limpio. La lepra se le quitó inmediatamente, y quedó limpio. Él lo
despidió, encargándole severamente: No se lo digas a nadie; pero, para que
conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó
Moisés.” °°° Marcos 1, 40-45.
Dios siempre tiene tiempo, un
momento, quizás un instante, un espacio para escuchar, para tomar una decisión,
para sanar a alguien. Las personas proponen y el Hijo de Dios toma la
decisión. El único requisito es que la persona tenga la confianza suficiente y
la disponibilidad para esperar el momento en que Dios se acerca a su vida. Augusto
Cury es un médico psiquiatra, psicoterapeuta y escritor.
Analizando
los pasajes bíblicos ante las curaciones del Maestro de Nazareth, decía: “La
vida es un espectáculo imperdible °°° Jesucristo es el Maestro de la vida, de
la salud, de la esperanza. °°° Donde el ser humano cree que todo se ha
terminado, escucha la voz de su Señor que le dice: “Quiero, queda limpio”. °°°
“La historia de Jesucristo es el mayor laboratorio de autoestima para la
humanidad °°° vale la pena vivir la vida, aunque tengamos dificultades, aunque
lloremos, aunque seamos derrotados, aunque algunas enfermedades nos provoquen
vergüenza.
El Hijo de Dios se ubica en
consonancia con la ley de Moisés, es respetuoso, sabe que está tratando con
alguien que es impuro, (cfr. Levítico 13,44). Al mismo tiempo supera el
concepto de desprecio de la cultura del momento: toca al enfermo (cf. Marcos
1,41), la ocasión del milagro tiene su razón de ser. La necedad de Dios
supera la inteligencia y las leyes que rigen a los seres humanos. Dios sana porque tú crees en Él, en su poder
y en su misericordia, porque comienzas una vida nueva que va a servir de
ejemplo para los demás.
El Papa Francisco propone pensar en,
los pobres y los abandonados, los enfermos, los marginados son la carne de
Cristo. ¡No tener miedo ni repugnancia a tocar la carne de Cristo! Esto
conlleva no encerrarse en uno mismo, en los propios problemas, en las propias
ideas, en los propios intereses, en ese pequeño mundito que nos hace tanto mal.
(cfr. Homilía, 12 de mayo, 2013).
SI
DESEAS ESCUCHAR EL AUDIO DE ESTA REFLEXIÓN HAZ CLICK AQUÍ
https://youtu.be/aUJc_FOZBno ✋