NACEMOS
PARA VIVIR EN COMPLEMENTARIEDAD
CON LOS DEMÁS
La Sagrada Escritura
recomienda: Vivan de acuerdo a la vocación que han recibido de Dios. Sean
humildes, amables, comprensivos, y sopórtense los unos a los otros con amor. Mantengan
lazos de paz, permanezcan unidos. (Efesios 4, 1-3).
¿Qué es complementariedad?
Nos debe interesar por
buscar realidades afines a nuestra manera de ser, pensar y sentir. Dios creó hombre y mujer y los hizo
complementarios. (cfr. Génesis 2, 24). Cuando el hombre y mujer se entiendan
como pareja, vivirán en paz y en armonía. Cuando una persona se interese por
buscar sus afinidades con otra persona, vivirán en paz y armonía.
COMPLEMENTARSE TIENE SU
SECRETO
Vivir en paz y en armonía
con los demás, tiene su lógica. Cada persona logra ser feliz, cuando respeta su propia identidad, la
conserva y a su vez respeta la forma de ser de los demás. Existen claves para
vivir en complementariedad: Autonomía, Libertad, vida privada, espacio de cada
persona. (No son negociables)
La persona se identifica con su autonomía, es su
manera de ser, su cultura y su educación, por ende no la debe perder,
compartirla sí. Jesucristo tenía su propia autonomía: sabía quién era él y
quién era Dios. Contestó muy bien a Pilato, tú lo has dicho. (cfr. Lucas 23,
2-3).
Cada persona nace libre, debe cultivar su
libertad y respetar la libertad de los demás. Dios recomienda: manténganse
firmes y no se sometan al yugo de la esclavitud. (Gálatas 5, 1).
Cada persona tiene su vida privada,
existe un derecho a la intimidad, ninguna persona debe revelar su intimidad.
“Quien es amigo de estar comentando su vida íntima, termina esclavo del parecer
de los demás.” El Maestro de Nazareth le dio una buena lección a san Pedro: “Si
yo quiero que ese discípulo permanezca hasta mi vuelta, ¿a ti qué te interesa?
(Juan 21, 20-22).
Cada persona debe
tener su propio espacio, sus cosas personales. Debe existir un espacio para
el compartir. Violar el espacio de los demás es irrespeto, desconfianza, vida
insoportable. El espacio privado podría ser: su teléfono, su maleta, su
computador, sus cosas. El Hijo de Dios enseña a la madre de Santiago y Juan que
las decisiones de Dios, no las puede tomar el Hijo. El espacio de Dios no lo
invade su hijo Jesucristo (cfr. Mateo 20, 20-23).
¿POR QUÉ NO FUNCIONA ALGUNAS VECES LA COMPLEMENTARIEDAD
EN LA VIDA CONYUGAL?
Edad desproporcionada. Cultura. Estrato
social. Religión. Familias. Edad y cultura no necesariamente son proporcionales
para hablar de madurez. Sería bueno
superar las imaginaciones ilógicas como: Yo creía, Yo pensé, Yo esperaba, Yo me
imaginé, creí que casándonos se arreglaría la relación, me dejé llevar por su
personalidad aparente, fui una persona demasiado apresurada, no me tomé mi
tiempo necesario. No tuve en cuenta que las personas usan máscaras para ganar
la confianza de los demás.