LA SALVACIÓN ES EL MAYOR REGALO QUE OFRECE DIOS
Evangelio domingo 4 de junio 2023
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Jesús dijo a Nicodemo: "Así amó Dios al mundo! Le dio al Hijo Único, para que quien crea en Él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió el Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que se salve el mundo gracias a Él. Para quien cree en Él no hay juicio.
En cambio, el que no cree ya se ha condenado, por el hecho de no
creer en el Nombre del Hijo Único de Dios." Juan 3, 16-18
El Redentor desde el madero de la Cruz le ofrece la máxima esperanza a hombres y mujeres. Dice el Redentor: “Dios ama al mundo y lo que más desea es que el mundo se salve”. El interés primordial de Dios es la salvación. En ningún momento la condenación. Dios siempre ha estado ofreciendo caminos de salvación. Un requisito sine qua non para obtener la salvación es la fe. “Quien crea en Él tendrá la vida eterna”. (Juan 3, 15)”.
El Mesías llega para darnos la libertad, y una libertad que se vive y se manifiesta entre la santidad de vida de la persona y la justicia como virtud. Se bendice y se alaba a Dios por que en la persona de Cristo se cumplen todas las promesas, entre ellas la más importante, la Salvación. No es una salvación estática, es dinámica, entra en juego con la libertad, la voluntad, la conciencia de cada persona.
El apóstol san Pablo enseña que la salvación viene directamente de Dios, es más, es un don inmerecido, es un regalo misericordioso. Dice el apóstol: “Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte. (Efesios 2, 8-9)
El Papa Francisco advierte que la salvación es un don del amor de Dios. No es automática, y no lo es porque requiere la conversión. (cfr. Audiencia, 24 de enero, 2021). La salvación no es mágica, sino paciente. El santo Padre recomienda actitudes ante la salvación: Entrar por la puerta estrecha.
El Redentor desde el madero de la Cruz le ofrece la máxima esperanza a hombres y mujeres. Dice el Redentor: “Dios ama al mundo y lo que más desea es que el mundo se salve”. El interés primordial de Dios es la salvación. En ningún momento la condenación. Dios siempre ha estado ofreciendo caminos de salvación. Un requisito sine qua non para obtener la salvación es la fe. “Quien crea en Él tendrá la vida eterna”. (Juan 3, 15)”.
El Mesías llega para darnos la libertad, y una libertad que se vive y se manifiesta entre la santidad de vida de la persona y la justicia como virtud. Se bendice y se alaba a Dios por que en la persona de Cristo se cumplen todas las promesas, entre ellas la más importante, la Salvación. No es una salvación estática, es dinámica, entra en juego con la libertad, la voluntad, la conciencia de cada persona.
El apóstol san Pablo enseña que la salvación viene directamente de Dios, es más, es un don inmerecido, es un regalo misericordioso. Dice el apóstol: “Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte. (Efesios 2, 8-9)
El Papa Francisco advierte que la salvación es un don del amor de Dios. No es automática, y no lo es porque requiere la conversión. (cfr. Audiencia, 24 de enero, 2021). La salvación no es mágica, sino paciente. El santo Padre recomienda actitudes ante la salvación: Entrar por la puerta estrecha.
Cada cristiano debe
moldear su vida a la medida de Jesús y del Evangelio. Hay que limitar el
egoísmo, reducir la arrogancia, no a la autosuficiencia, vencer la pereza.
(cfr. Ángelus, 21 de agosto, 2022). El espíritu del Cordero de Dios, es el que asume
la realidad de nosotros y la convierte en medio de salvación y superación.
(cfr. Juan 1, 29-34).
SI DESEAS ESCUCHAR EL AUDIO DE ESTA REFLEXIÓN HAZ CLICK AQUÍ
https://youtu.be/wGxaJOScIpM 👦
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