LA PRUDENCIA BUSCA LA VERDAD
Evangelio martes 27 de junio 2023
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Dijo Jesús a sus discípulos: "No den lo que es santo a los perros, ni echen sus perlas a los cerdos, pues podrían pisotearlas y después se volverían contra ustedes para destrozarlos. Todo lo que ustedes desearían de los demás, háganlo con ellos: ahí está toda la Ley y los Profetas.
Entren por la puerta angosta, porque ancha es la puerta y espacioso el camino que conduce a la ruina, y son muchos los que pasan por él. Pero ¡qué angosta es la puerta y qué escabroso el camino que conduce a la salvación! y qué pocos son los que lo encuentran." Mateo 7, 6. 12-14
Aprendemos a practicar nuestra fe, a vivir nuestra religión católica en una sociedad, cuando obramos de acuerdo a la prudencia. Dicha virtud es considerada el principio de las virtudes. Cuando una persona aprende a ser prudente, no trata mal a los demás, no compara a los demás, se deja guiar por el Espíritu de Dios, sabe entrar por la puerta estrecha, sabe qué es el sacrificio, sabe vivir como un verdadero testigo de Jesucristo.
El Papa Benedicto XVI enseña que la prudencia no debe confundirse con la astucia, sino que se debe asumir con un criterio para actuar en la verdad. “la prudencia exige la razón humilde, disciplinada y vigilante que no se deja deslumbrar por los prejuicios, no juzga según los deseos y pasiones, sino que busca la verdad- incluso la verdad incómoda.
Prudencia significa ir en búsqueda de la verdad y actuar conforme a ella. El siervo prudente es sobre todo un hombre de verdad y un hombre de sincera razón”. (cfr. Homilía, 12 de septiembre, 2009).
La Sagrada Escritura enseña que la prudencia es la capacidad de discernir el bien ante cada circunstancia, para elegir el medio más adecuado y actuar de una manera virtuosa. La sabiduría del prudente está en entender el camino que debe seguir. (Proverbios 14, 8). La persona que es prudente maneja muy bien sus conocimientos no los impone. (Proverbios 12, 23). El que guarda su boca y su lengua, guarda su alma de angustias. (Proverbios 21, 23).
Hagan a los demás, lo que le gustaría que le hicieran a usted. Esa es una excelente norma de origen divino que cubre propiamente la ley y los profetas en una historia de salvación. La prudencia es la virtud que regula la lengua, los sentimientos, los comportamientos, las grandes decisiones. La palabra de Dios recomienda la prudencia para poder cumplir con la voluntad de Dios. (cfr. Eclesiástico 15, 15).
Dichosa la persona que camina en la voluntad del Señor, dichoso el que guarda sus preceptos, dichoso el que lo busca de todo corazón. (Salmo 118). Una persona prudente, medita siempre sus pasos. (Proverbios 14, 15).
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