14 de octubre de 2024

¿CUÁL ES LA VERDADERA RELIGIÓN?


¿CUÁL ES LA VERDADERA RELIGIÓN?
Evangelio martes 15 de octubre 2024
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Un fariseo invitó a Jesús a cenar a su casa. Jesús entró y se sentó a la mesa. El fariseo se extrañó de que no se lavara antes de comer.
Pero el Señor le dijo: “¡Así son ustedes, los fariseos! Purifican por fuera la copa y el plato, y por dentro están llenos de voracidad y perfidia. ¡Insensatos! El que hizo lo de afuera, ¿no hizo también lo de adentro?  Den más bien como limosna lo que tienen y todo será puro”.
Lucas 11, 37-41.
 
            La verdadera fe y la verdadera religión no se vive con el pensamiento extremo. El punto medio en la comprensión de la Palabra, da el resultado de una persona equilibrada, un buen consejero, un inteligente evangelizador, un apóstol sensato. Cuando Dios recomienda la “pureza” nos está hablando del modelo de alguien que vive muy bien su fe y no hay nada en esa persona que la contamine.
 
 Dios no quiere la pureza aparentadora o externa en las personas. La pureza no es asunto del legalismo religioso, sino de la pureza del corazón. Quien es fariseo es más un juez para los demás y menos un buen ejemplo de pureza en la vida de la fe.
 
            El deseo de Dios para que aprendamos a vivir como personas limpias de corazón, para poder hacer la voluntad de Dios, aparece desde la misma creación. Dios creó todo perfecto, sin impurezas. Todo lo que hace Dios es bueno. (Salmo 18). Dios creó al hombre y a la mujer. Les enseñó a distinguir entre el bien y el mal.
 
 El deseo divino es la pureza de cada persona. (cfr. Génesis 1, 26-31). ¿Cuándo aparece la impureza? Cuando cada persona toma la decisión equivocada. Por ejemplo: Enseña una religión más legalista y menos caritativa. Le interesa más la apariencia y menos la pureza del alma.
 
            Toma el cargo del juez y no tanto el de un apóstol de la misericordia. El apóstol san Pablo recomienda abandonar lo terrenal para encontrar la pureza. Por ejemplo: Preocúpense más por las cosas de arriba. Eviten las de la tierra: libertinaje, impureza, pasión desordenada, amor al dinero, apariencias. (cfr. Colosenses 3, 1-7).
 
Dios quiere pureza en nuestra relación con los demás: “Trate a los demás como le gustaría que lo trataran a usted” (Lucas 6, 31). El apóstol Santiago advierte: “Si alguno se cree muy religioso, pero no controla sus palabras, su religión no es válida. La verdadera religión es ayudar a los demás y no contaminarse con la corrupción de este mundo”. (Santiago 1, 26-27).
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