Evangelio miércoles 2 de octubre
2024
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
“En cierta
ocasión, los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron: "¿Quién es
el más grande en el Reino de los cielos?" Jesús llamó a un niño, lo puso
en medio de ellos y les dijo: "Yo les aseguro a ustedes que, si no cambian
y no se hacen como los niños, no entrarán en el Reino de los cielos.
Así pues, quien se haga pequeño como
este niño, ése es el más grande en el Reino de los cielos. Y el que reciba a un
niño como éste en mi nombre, me recibe a mí. Cuidado con despreciar a uno de
estos pequeños, porque yo les digo que sus ángeles, en el cielo, ven
continuamente el rostro de mi Padre, que está en el cielo.” Mateo 18, 1-5. 10.
El
punto de equilibrio entre lo pequeño y lo grande, definen la identidad de un
futuro discípulo del Maestro de Nazareth. Equilibrio significa que el líder
de la evangelización no crea que pequeño es tomar actitudes de desprecio de lo
que se es, o grande es aquel que está por encima de los demás. Jesucristo utiliza el ser de un niño para
enseñar dónde está el punto de ser pequeño: La humildad, la sencillez, el
sentir necesidad de los demás, la apertura al grupo social, los deseos de
aprender y de crecer.
La
persona humilde no hace nada por vanagloria, estima mucho a los demás.
(cfr. Filipenses 2, 3). La sencillez nos permite sentirnos siempre al servicio
de la verdad. (cfr. Efesios 6, 5). Cuando logramos tener un mismo sentir, nos
preocupamos por los demás, todo lo realizamos con amor fraterno. (cfr. 1 de
Pedro 3, 8).
Aprendemos
más y maduramos más cuando somos benignos los unos con los otros. (cfr.
Efesios 4, 32). Una persona inteligente tiene los deseos de aprender, está
siempre atento al saber. (cfr. Proverbios 18, 15).
Quien
es pequeño, aprende mucho de su humildad y sencillez. ¿Quién es el grande?
Aquella persona que haya aprendido la lección de sentirse necesitado de Dios.
Una mujer Cananea logró un favor de Dios, presentando su propuesta al Maestro
diciendo: “Hijo de David ten compasión de mí” (cfr. Mateo 15, 21-28).
Quien es
grande reconoce sus limitaciones diciendo a los demás: “Me equivoqué, ofrezco
disculpas, me precipité, obré mal. El Hijo pródigo deja una buena enseñanza.
“He pecado contra el cielo y contra ti” (Lucas 15, 18).
El
Papa Francisco nos recuerda quién es el más grande delante de Dios. “Dios elige
quien le puede servir, según su criterio. Cuando Samuel se encuentra ante
el más grande de los hijos de Jesé, dice: “Seguro que está su ungido ante el
Señor”. Porque era un hombre alto, grande».
Pero el Señor, añadió, dijo a
Samuel: «No te fijes en su apariencia ni en lo elevado de su estatura, porque
lo he descartado. No se trata de lo que vea el hombre. Pues el hombre mira a
los ojos, más el Señor mira el corazón». (1 Samuel 16, 7). Homilía 21 de enero,
2014.
SI DESEAS ESCUCHAR EL AUDIO DE ESTA REFLEXIÓN
HAZ CLICK AQUÍ