Evangelio domingo 30 de marzo
2025
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
“En aquel
tiempo, se acercaban a Jesús todos los publicanos y los pecadores para oírle. Y
los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Este acoge a los pecadores y
come con ellos. Jesús les dijo esta parábola: Un hombre tenía dos hijos; y el
menor de ellos dijo al padre: "Padre, dame la parte de la hacienda que me
corresponde."
Y él les repartió la hacienda. Pocos
días después el hijo menor lo reunió todo y se marchó a un país lejano donde
malgastó su hacienda viviendo como un libertino. «Cuando hubo gastado todo,
sobrevino un hambre extrema en aquel país, y comenzó a pasar necesidad.
Entonces, fue y se ajustó con uno de los ciudadanos de aquel país, que le envió
a sus fincas a apacentar puercos.
Y deseaba
llenar su vientre con las algarrobas que comían los puercos, pero nadie se las
daba. Y entrando en sí mismo, dijo: "¡Cuántos jornaleros de mi padre
tienen pan en abundancia, mientras que yo aquí me muero de hambre! Me
levantaré, iré a mi padre y le diré: Padre, pequé contra el cielo y ante ti. Ya
no merezco ser llamado hijo tuyo.” Lucas 15, 1-3. 11-32.
La
gran enseñanza del Padre celestial: “Nadie debe ser excluido de la
misericordia”. Para Dios es muy importante la manera como una persona trata
a los demás, escucha a los demás, tiene compasión de los demás, piensa primero
en los demás. En pocas palabras Dios nos propone una religión eminentemente altruista. Las parábolas de la
misericordia consignadas en el Evangelio, son una buena ocasión para organizar
una vida cristiana, una misión evangelizadora desde la manera bondadosa como
atendemos a los demás.
La
misericordia es la consigna a seguir. Un creyente en Dios que aprende a
perdonar siempre, ora por sus enemigos, vive en paz con los demás, su regla de
vida es el amor y la misericordia (cfr. Colosenses 3, 13-15) La Escritura enseña que Dios es bueno,
demasiado bueno, rico en misericordia. (cfr. Efesios 2, 4). Su primera respuesta es la caridad: “El que
tenga dos túnicas que le dé al que no tiene”. °°° (cfr. Lucas 3, 11). Su
segunda respuesta es la justicia: “No exijan nada fuera de lo establecido” (cfr.
Lucas 3, 13). Su tercera respuesta es la No violencia: “A nadie extorsionen ni
denuncien falsamente” (cfr. Lucas 3, 14).
El
Papa Francisco nos enseña que la misericordia es la característica de Dios. La
misericordia es el rostro de Jesús: En él todo habla de misericordia. Nada
en Él es falto de compasión. La misericordia es la vida y misión de la Iglesia:
La comunidad evangelizadora vive un deseo inagotable de brindar misericordia.
(cfr. Bula, Misericordiae Vultus, 8-9)
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