25 de marzo de 2025

LA FE Y LA LEY Evangelio miércoles 26 de marzo 2025


PRIMERO VINO LA FE, DESPUÉS LA LEY            Evangelio miércoles 26 de marzo 2025
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Jesús dijo a sus discípulos:
No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: Yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Les aseguro que no quedarán ni una i o una tilde de la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento.
 
El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los Cielos.” Mateo 5, 17-19.
 
            Aprendemos a vivir nuestra fe desde el espíritu de la ley. Es muy importante guardar el equilibrio entre lo que propone la ley de Dios y la exageración de muchas personas al enseñar la ley del creador. La ley comienza a ser soporte de la vida en comunidad, un valor determinante de la acción social, una pieza clave en el desarrollo de los pueblos y las culturas, cuando nos ponemos de acuerdo en respetar la ley. Dios nos pide que seamos muy respetuosos de la ley, que no cambiemos ningún acento de la ley, que no utilicemos la ley para convertirnos en jueces de los demás.
 
            La ley me permite reconocer los derechos de los demás, me abre espacios para entrar en el ambiente social, me limita los caprichos y desórdenes en mi personalidad, me permite no abusar de la nobleza, la humildad y la sencillez de los demás.  Para no caer en el extremo del abuso de la ley es bueno recordar la enseñanza del salmo 118: Dichosa la persona que camina en la voluntad del Señor. Muéstrame el camino de tus leyes y los seguiré puntualmente.
 
            El espíritu de la ley me indica que no debo entrometerme en la vida y en la integridad de las demás personas. Por ejemplo: No abusar de las discapacidades de las personas. No maldecir a un sordo, no poner tropiezo a un ciego. (cfr. Levítico 19, 14). Otro ejemplo. Matar es un pecado moral. El espíritu de esa ley nos puede poner a pensar en actitudes similares que aniquilan al ser de una persona: Encolerizarse contra otra persona, llamarlo imbécil, renegado. (cfr. Mateo 5, 21-22). Según el espíritu de la ley, de los mandatos amar a Dios y amar a los demás, está el fundamento de la ley y los profetas. (cfr. Mateo 22, 36-40). 
 
            El Papa Francisco parodiando la predicación del apóstol san Pablo aclara: la Alianza se hizo con Abrahán en base a la fe, y que la Ley vino siglos después. Por tanto, la Ley —aun siendo de origen divino y teniendo un lugar en la Historia de Salvación, aún ahora—, no da vida por sí misma. Quien busca la vida verdadera debe mirar a la promesa, a su realización en Jesús, al encuentro con Jesús. (cfr. Gálatas 3, 11-26). (cfr. Audiencia, 11 de agosto, 2021).
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