Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Hay en
Jerusalén, junto a la puerta de las ovejas, una piscina llamada Bethesda, en
hebreo, con cinco pórticos, bajo las cuales yacía una multitud de enfermos,
ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban la agitación del agua. estaba un
hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo.
Al verlo ahí tendido, y sabiendo que llevaba mucho tiempo en tal estado,
Jesús le dijo: "¿Quieres curarte?"
Le respondió el enfermo:
"Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se agita el
agua. Cuando logro llegar, ya otro ha bajado antes que yo". Jesús le dijo:
"Levántate, toma tu camilla y anda".
Y al momento el hombre quedó curado, tomó su camilla y se puso a andar.
Aquel día era sábado, por eso los judíos le dijeron al que había sido curado:
"No te es lícito cargar tu camilla". Pero él contestó: "El que
me curó me dijo: "Toma tu camilla y anda". °°° Juan 5, 1-16.
Jesucristo
siempre está en la actitud de escuchar, contemplar, ayudar, proponer
caminos, indicar lo que se debe hacer. La
fe funciona muy bien con el servicio, con la caridad, con la obediencia.
Pensemos un poco en los momentos, en los cuales Dios llama la atención por
aquellos que no obedecen, no creen, tienen dudas, entran en conflicto con los
asuntos de la fe. Un enfermo que llevaba
cantidad de años esperando su turno para ser sanado en una piscina, se
encuentra con el Salvador y este le indica: “Toma tu camilla y anda” El enfermo
obedeció a Jesús de Nazareth.
La
forma de vivir nuestra fe: Siempre disponible para servir. Disponible para
escuchar. Disponible para acompañar. Disponible para darle la mano a los
demás. Ese es el excelente ejemplo del Hijo de Dios. El Papa Francisco nos pone a pensar en la posibilidad de que muchas
personas no se sienten bien y buscan la ayuda de Dios en nosotros, pero
desafortunadamente encuentran las puertas cerradas.
Dice el santo padre: “cuántas veces hoy en las
comunidades cristianas se encuentran las puertas cerradas. Lo que hace el
Espíritu Santo en el corazón de las personas, lo destruyen los cristianos con
psicología de doctores de la ley. La Iglesia debe tener siempre las puertas
abiertas.” (cfr. Homilía, 17 de marzo, 2015).
"¡Sanad a los
enfermos!" (Mateo 10, 8). La Iglesia ha recibido esta tarea del Señor e
intenta realizarla tanto mediante los cuidados que proporciona a los enfermos,
como por la oración de intercesión con la que los acompaña.
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