1 de marzo de 2025

MIÉRCOLES DE CENIZA Jubileo de la Esperanza. Marzo del año 2025


MIÉRCOLES DE CENIZA, Jubileo de la Esperanza. Marzo del año 2025
Nos preparamos para celebrar la Pasión del Salvador del mundo
La conversión es el ideal de la vida cristiana
Caminamos juntos en la Esperanza. Padre Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué.
En la cuaresma, recordamos lo que somos y donde debemos terminar nuestras vidas: “Recuerda que eres polvo y al polvo, volverás” (Génesis 3, 19).  
El 5 de marzo del año 2025 iniciamos nuestro camino de la Esperanza, reconociendo con la Ceniza lo que somos y lo que volveremos a ser cuando regresemos al Padre celestial.
El Hijo de Dios nos ofrece el mejor regalo para el espíritu y para el alma: “Conviértete y cree en el Evangelio”. (Marcos 1, 15). 
La Cuaresma es un tiempo favorable para la renovación personal y comunitaria que nos conduce hacia la Pascua de Jesucristo muerto y resucitado.
Nos hará bien reflexionar sobre la exhortación de san Pablo a los Gálatas: «No nos cansemos de hacer el bien, porque, si no desfallecemos, cosecharemos los frutos a su debido tiempo. Por tanto, mientras tenemos la oportunidad hagamos el bien a todos» (Gálatas 6, 9-10a).
 
El Papa Francisco nos pide el siguiente tema para la Cuaresma: caminar juntos en la esperanza y descubrir las llamadas a la conversión que la misericordia de Dios nos dirige a todos, de manera personal y comunitaria. 
 
La vocación de la Iglesia es caminar juntos, ser sinodales. Los cristianos están llamados a hacer camino juntos, nunca como viajeros solitarios. El Espíritu Santo nos impulsa a salir de nosotros mismos para ir hacia Dios y hacia los hermanos, y nunca a encerrarnos en nosotros mismos.
 
Caminar juntos significa ser artesanos de unidad, partiendo de la dignidad común de hijos de Dios (cf. Gálatas 3, 26-28); significa caminar codo a codo, sin pisotear o dominar al otro, sin albergar envidia o hipocresía, sin dejar que nadie se quede atrás o se sienta excluido. Vamos en la misma dirección, hacia la misma meta, escuchándonos los unos a los otros con amor y paciencia.   
 

MEDITEMOS LA PALABRA DE DIOS.
¿CUÁL ES LA VERDADERA RELIGIÓN?
MIÉRCOLES DE CENIZA 5 DE MARZO 2025 
Joel 2, 12-18; Salmo 50; 
2 Corintios 5, 20 – 6,2; Mateo 6, 1-6. 16-18
 
MONICIÓN INICIAL
    Jesucristo nos llama hoy a reconciliarnos con Él. Este es el tiempo favorable para hacerlo, efectuando un profundo cambio en nuestras vidas, una verdadera conversión. “La Cuaresma es el tiempo favorable para reavivar nuestras relaciones con Dios y con los demás; para abrirnos en el silencio a la oración y a salir del baluarte de nuestro yo cerrado.” Iniciemos con fe y recogimiento nuestra celebración
 
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Joel 2, 12-18 
            “Ten compasión de tu pueblo, Señor no entregues tu heredad al oprobio.” Reconocemos públicamente nuestra condición de pecadores y damos el paso para aceptar la acción de Dios en nuestras vidas. Escuchemos en silencio la Palabra.
 
“Oráculo del Señor convertíos a mí de todo corazón con ayuno, con llanto, con luto; rasgad vuestros corazones, no vuestros vestidos; y convertíos al Señor vuestro Dios, un Dios compasivo y misericordioso, lento a la cólera y rico en amor que se arrepiente del castigo.
 
¡Quién sabe si cambiará y se arrepentirá dejando tras de sí la bendición, ofrenda y liberación para el Señor, vuestro Dios!
Tocad la trompeta en Sión, proclamad un ayuno santo, convocad a la asamblea, reunid a la gente, santificad a la comunidad, llamad a los ancianos; congregad a muchachos y niños de pecho; salga el esposo de la alcoba, la esposa del tálamo.
 
Entre el atrio y el altar lloren los sacerdotes, servidores del Señor, y digan:
«Ten compasión de tu pueblo, Señor no entregues tu heredad al oprobio, ni a las burlas de los pueblos».
¿Por qué van a decir las gentes: «Dónde está su Dios»?
Entonces se encendió el celo de Dios por su tierra y perdonó a su pueblo. Palabra de Dios.
 
SALMO RESPONSORIAL
Misericordia Señor, hemos pecado.
 
Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R/.
 
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti sólo pequé,
cometí la maldad en tu presencia. R/.
 
Oh, Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme.
No me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R/.
 
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza. R/.
 
SEGUNDA LECTURA
2 Corintios 5, 20 – 6,2        
            “No echen en saco roto la Gracia de Dios”. Cristo no cometió pecado, pero por nosotros cargó con todos los pecados de la humanidad y nos invita a la reconciliación.
 
“Hermanos.
Actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo exhortara por medio de nosotros. En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios.
Al que no conocía el pecado, lo hizo pecado en favor nuestro, para que nosotros llegáramos a ser justicia de Dios en él.
Y como cooperadores suyos, os exhortamos a no echar en saco roto la gracia de Dios. Pues dice:
«En el tiempo favorable te escuché, en el día de la salvación te ayudé».
Pues mirad: ahora es tiempo favorable, ahora es el día de la salvación. Palabra de Dios.
 
TERCERA LECTURA
Mateo 6, 1-6. 16-18
            El Maestro de Nazareth propone una religión centrada en Dios. Una religión que tiene como base la caridad y la misericordia. La religión del Nazareno se mueve en lo secreto. “Tu Padre que ve en lo secreto te lo recompensará” (Mateo 6, 18). Escuchemos el Santo Evangelio   
 
“Dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tenéis recompensa de vuestro Padre celestial.
Por tanto, cuando hagas limosna, no mandes tocar la trompeta ante ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles para ser honrados por la gente; en verdad os digo que ya han recibido su recompensa.
 
Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vean los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo recompensará.

Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas que desfiguran sus rostros para hacer ver a los hombres que ayunan. En verdad os digo que ya han recibido su paga.
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no los hombres, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará». Palabra del Señor.
 

¿QUÉ NOS ENSEÑA LA PALABRA DE DIOS?
 
¿CUÁL ES LA VERDADERA RELIGIÓN?
¿Qué recomienda Jesucristo?
No practiquen la justicia para ser vistos por los demás. Que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu derecha. No oren como los hipócritas. (cfr. Mateo 6, 1-6).
El Papa Francisco recomienda no confiar en el diablo, es el campeón de los mentirosos, es el padre de la mentira. Sus propuestas son siempre mentira. Es un derrotado, pero se mueve como vencedor. (cfr. Homilía, 8 de mayo, 2018). 
 
Un creyente en Dios que aprende a perdonar siempre; ora por sus enemigos, vive en paz con los demás, su regla de vida es el amor y la misericordia (cfr. Colosenses 3, 13-15) La Escritura enseña que Dios es bueno, demasiado bueno, rico en misericordia. (cfr. Efesios 2, 4).
 
LIMOSMA, ORACIÓN Y AYUNO
San Ambrosio nos dice que estas tres herramientas deben trabajar unidas: Mas no basta el ayuno sin la limosna. Tampoco basta el ayuno y la limosna sin oración, la oración nos sintoniza con la voluntad de Dios.
 
El corazón de Dios se alegra perdonando. Ese es el campo afectivo y sentimental del Hijo de Dios, frente a la misión que el Padre celestial le encomendó: Ser el salvador del mundo. Pretender salvar la humanidad, no consiste explícitamente en un catálogo de normas y regularidades de comportamiento.
 
Jesús logra convencer de una forma ejemplarizante que no siempre la inteligencia humana tiene la razón: por ejemplo, acoger a los pecadores y comer con ellos no es mala idea. Perdonar al que se equivoca, es mejor que condenarlos a todos. Buscar a quien se encuentra alejado es preferible a que todos se pierdan en el pecado. Preferir el Reino de Dios al reinado de los hombres, es más beneficioso para la paz social. Es más fácil perdonar y acoger, que vivir toda una historia en el rencor y la venganza
 
            Como buenos y excelentes católicos debemos aprender a vivir nuestra religión desde las obras de misericordia. La misericordia es y debe ser el ideal de vida y el criterio de credibilidad. “Dichosos los misericordiosos” (Mateo 5, 7).
 
LAS OBRAS DE MISERICORDIA. Son acciones caritativas mediante las cuales ayudamos a nuestro prójimo en sus necesidades corporales y espirituales (cfr. Isaías 58, 6-7: “"¿No será más bien este otro el ayuno que yo quiero: desatar los lazos de maldad, deshacer las coyundas del yugo, dar la libertad a los quebrantados, y arrancar todo yugo ¿No será partir al hambriento tu pan, y a los pobres sin hogar recibir en casa? Que cuando veas a un desnudo le cubras, y de tu semejante no te apartes"
 
            Hebreos 13, 1-3. “"Permaneced en el amor fraterno. No os olvidéis de la hospitalidad; gracias a ella hospedaron algunos, sin saberlo, a ángeles. Acordaos de los presos, como si estuvierais con ellos encarcelados, y de los maltratados, pensando que también vosotros tenéis un cuerpo."
 
La misericordia toca fondo en los sentimientos, en la intimidad de la persona, hace parte de la personalidad cristiana, no es un ejercicio, no es algo que se hace de un momento para otro, es el ser de la misma persona.
Una persona misericordiosa piensa constantemente en lo común, descubre rápidamente la necesidad, su espíritu es siempre abierto, totalmente desprendida, su mente cubre un conjunto interminable de posibilidades, su corazón tiene alojamiento para miles de ovejas. El misericordioso tiene ventajas sobre cualquier artista en obras de caridad. Le preocupa mucho la parte, sabe perfectamente desprenderse de sí mismo porque su lente está más allá de los que se contentan con haber hecho poco.
 

  ¿CUÁL ES EL BUEN AYUNO QUE LE PODEMOS OFRECER A DIOS?
"Ayuna de juzgar a otros descubre a Cristo que vive en ellos; Ayuna de palabras hirientes, Llénate de frases sanadoras; Ayuna de descontento, Llénate de gratitud. Ayuna de enojos, llénate de paciencia; ayuna de pesimismo, llénate de esperanza cristiana;
 Ayuna de   preocupaciones, llénate de confianza en Dios. Ayuna de amargura, llénate de perdón. Ayuna de darte importancia a ti mismo, llénate de compasión por los demás. Ayuna de pensamientos mundanos, llénate de las verdades que fundamentan la santidad."
 

ORACIÓN COMÚN DE LOS FIELES
Hermanos y hermanas, elevemos nuestras súplicas al Salvador del mundo, diciendo:
ESCÚCHANOS, PADRE DE BONDAD.
 
1. Para que el rito de la ceniza, que inaugura el camino cuaresmal, nos recuerde a todos que formamos parte de la Iglesia, santa, pero siempre necesitada de penitencia. Roguemos al Señor.
 
2. Para que los enfermos y los que sufren se sientan, más que nunca, en el centro de la comunidad que ora y lucha contra el mal, y se encamine en la esperanza hacia la victoria pascual. Roguemos al Señor.
 
3. Para que los discípulos del Señor, iluminados por la Sagrada Escritura, purificados por el sacramento del perdón y fortalecidos con el pan de vida, den testimonio de que el reino de Dios es alegría y paz en el Espíritu. Roguemos al Señor.
 
4. Para que los gobernantes de las naciones trabajen siempre por la paz, la fraternidad, la justicia y el progreso de todos los pueblos. Roguemos al Señor.
 
5. Para que cuantos sinceramente buscamos el rostro de Dios, recibamos la plenitud del perdón. Roguemos al Señor.
 
6. Para que haya un resurgir vocacional de los jóvenes de nuestra comunidad y parroquia. Roguemos al Señor.
 
Exhortación final:
Señor, hoy nos recuerdas que somos pecadores,
invitándonos a la conversión radical de nuestras vidas.
Hoy nos dices: conviértanse y crean el en Evangelio.
Es una consigna de liberación de todo lo que nos degrada.
He aquí la tarea de la cuaresma en camino hacia la pascua.
 
La ceniza es garantía de resurrección del hombre nuevo.
Queremos despojarnos de la hipocresía que nos corroe:
que sepamos buscarte y agradarte en lo secreto.
 
Queremos rehacer nuestra opción bautismal
para llegar a la noche de la vigilia pascual
como hombres y mujeres nuevos, renacidos de tu Espíritu.
Amén.
(Tomado de B. Caballero: La Palabra cada día, San Pablo, España, 1995, p. 91)