15 de marzo de 2025

TODO EN LA VIDA DE CRISTO ES MISTERIO Evangelio domingo 16 de marzo 2025


TODO EN LA VIDA DE CRISTO ES MISTERIO                                              
Evangelio domingo 16 de marzo 2025
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Jesús tomó a Pedro, Juan y Santiago, y subió a la montaña para orar. Mientras oraba, su rostro cambió de aspecto y sus vestiduras se volvieron de una blancura deslumbrante. Y dos hombres conversaban con Él: eran Moisés y Elías, que aparecían revestidos de gloria y hablaban de la partida de Jesús, que iba a cumplirse en Jerusalén.
 
     Pedro y sus compañeros tenían mucho sueño, pero permanecieron despiertos, y vieron la gloria de Jesús y a los dos hombres que estaban con Él.
    Mientras éstos se alejaban, Pedro dijo a Jesús: “Maestro, ¡qué bien estamos aquí! Hagamos tres carpas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”.

      Él no sabía lo que decía. Mientras hablaba, una nube los cubrió con su sombra y al entrar en ella, los discípulos se llenaron de temor. Desde la nube se oyó entonces una voz que decía: “Éste es mi Hijo, el Elegido, escúchenlo”. °°° Lucas 9, 28b-36
 
     Gracias al mensaje revelado, conocemos el verdadero rostro de Dios renovador y liberador en contraste con la ley y los profetas que llegan a su plenitud y nos propone el culmen de nuestra fe, encontrarnos cara a cara con Dios. Las dos grandes autoridades de la Antigua Alianza dialogan con el Hijo de Dios, se unen la ley y los profetas, (cfr. Éxodo 34, 29-35). Jesucristo es el único que tiene la llave para interpretar historia de la salvación del mundo.
 
   En los misterios de gloria en la vida de Jesús de Nazareth, nuestra Iglesia Católica propone pensar en la transfiguración. Sabemos por la catequesis que todo en la vida de Cristo es misterio. Lo que quedó escrito en el Evangelio es para que creamos que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre" (Juan 20, 31).
 
            El mensaje central del Nazareno es instaurar el Reino de Dios. Es la tarea que le encomendó el Padre celestial. Este reino mesiánico está destinado a acoger a los hombres de todas las naciones (cfr. Mateo 8, 11; 28, 19). Para entrar en él, es necesario acoger la palabra de Jesús. El Reino pertenece a los pobres, a los pequeños y a los pecadores. A Jesucristo le pareció bien entregar las llaves del Reino a san Pedro. (cfr. Mateo 16, 18). Una visión anticipada de ese Reino es la TRANSFIGURACIÓN.
 
            Jesús muestra su gloria divina, confirmando así la confesión de Pedro. Muestra también que para "entrar en su gloria" (Lucas 24, 26), es necesario pasar por la Cruz en Jerusalén. Moisés y Elías habían visto la gloria de Dios en la Montaña; la Ley y los profetas habían anunciado los sufrimientos del Mesías (cf. Lucas 24, 27). 

La Pasión de Jesús es la voluntad por excelencia del Padre: el Hijo actúa como siervo de Dios (cf. Isaías 42, 1). La nube indica la presencia del Espíritu Santo.” (cfr. Catecismo Iglesia Católica, 514-556).
SI DESEAS ESCUCHAR EL AUDIO DE ESTA REFLEXIÓN HAZ CLICK AQUÍ