11 de marzo de 2025

QUIEN ACEPTA A DIOS SUPERA LA TERQUEDAD Evangelio miércoles 12 de marzo 2025


QUIEN ACEPTA A DIOS, SUPERA LA TERQUEDAD                                            Evangelio miércoles 12 de marzo 2025
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Al ver Jesús que la multitud se apretujaba, comenzó a decir:
“Esta es una generación malvada. Pide un signo y no le será dado otro que el de Jonás. Así como Jonás fue un signo para los ninivitas, también el Hijo del hombre lo será para esta generación.
 
            El día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra los hombres de esta generación y los condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón y aquí hay Alguien que es más que Salomón.
 
            El día del Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás y aquí hay Alguien que es más que Jonás”. Lucas 11, 29-32.
 
            La verdadera fe permite que cada persona supere su terquedad, su soberbia, su prepotencia ante los signos de Dios. Jonás es un buen ejemplo de aquella persona que dejó a un lado su terquedad y se puso al servicio de Dios. el escrito de este profeta nos permite dimensionar el amor y la misericordia de Dios para con los pecadores. Nínive siendo una ciudad con población pagana, se convierte gracias al mensaje de Dios y lo oportuno que fue Jonás.
 
            Cuando nuestra fe no se encuentra bien cultivada aparece una resistencia a aceptar la bondad y la misericordia divina. Si le damos la Palabra a Dios Él dirá: generación malvada. Pide un signo y no le será dado otro que el de Jonás.  Se hace necesario superar esa actitud obstinada de pedirle cuentas a Dios, pedirle signos a Dios, pedir que Dios compruebe que Él es Dios. O lo contrario, que Dios estás reservado para unas cuantas personas.
 
            El apóstol san Pablo enseña que cuando una persona no conoce a Dios es como vivir en la oscuridad. Cuando las personas dejan a un lado el orgullo, la soberbia, creen que solo ellas tienen la última palabra. Entonces su actitud es diferente: Un buen creyente actúa con bondad, justicia y verdad. Hace lo que le agrada a Dios. no se vuelve cómplice con los que no conocen a Dios. (cfr. Efesios 5, 8-12).
 
            El apóstol Juan nos pone a pensar con la siguiente pregunta: ¿Cómo podemos saber que conocemos a Dios? Si alguien dice que conoce a Dios, pero no obedece sus mandatos es un mentiroso. El que afirma que está unido a Dios, debe vivir como Jesucristo vivió. (1 de Juan 2, 3-6).
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