Evangelio martes 7 de mayo 2024
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
Pero yo os digo la verdad: Os
conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el
Paráclito; pero si me voy, os lo enviaré: y cuando él venga, convencerá al
mundo en lo referente al pecado, en lo referente a la justicia y en lo
referente al juicio; en lo referente al pecado, porque no creen en mí; en lo
referente a la justicia porque me voy al Padre, y ya no me veréis; en lo
referente al juicio, porque el Príncipe de este mundo está juzgado.” Juan 16,
5-11.
¿Cuál
es la Iglesia pascual que desea Jesús de Nazareth? El Hijo de Dios se preocupó
por enseñar a sus discípulos el modelo de Iglesia experimentada desde la Gracia
del Espíritu Santo, desde el mismo evento de la resurrección. Una Iglesia que
vive la Pascua de su fundador muy consciente de: El Espíritu Santo será el gran
artífice de la vida misionera de la Iglesia. Dice el Maestro: “Si no me voy, no
vendrá el Espíritu Santo a ustedes”.
Si
los creyentes, misioneros, consagrados, ministros, dejamos que actúe más el
Espíritu Santo y menos la inteligencia humana, tendremos el ideal de
Iglesia bajo las luces del Espíritu de Dios convenciendo al mundo lo referente
al pecado, a la justicia, al juicio. El
mayor pecado es no creer, ni aceptar a Dios. Llegará la justicia, que es el
deseo de Dios. y ¿qué es lo justo? Es aprender a ser santo, a ser correcto, a
hacer justamente la voluntad de Dios.
Jesucristo
habla de un juicio. ¿Cuál juicio? Se supone que cada persona deberá darle
cuentas a Dios de su vida, de sus comportamientos en este mundo. El juicio
de Dios ya quedó escrito en el libro sagrado: “«Cuando el Hijo del hombre venga
en su gloria acompañado de todos sus ángeles, entonces se sentará en su trono
de gloria. Serán congregadas delante de él todas las naciones, y él separará a
los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos.”
(Mateo 25, 30-33).
El
Papa Francisco nos pone a pensar, en qué consiste las intervenciones del
Espíritu Santo. Dice el santo Padre: Las diversas intervenciones del
Espíritu Santo forman parte de una acción armónica, de un único proyecto divino
de amor. La misión del Espíritu Santo consiste en generar armonía –Él mismo es
armonía– y obrar la paz en situaciones diversas y entre individuos diferentes.
(cfr. Homilía, 24 de mayo, 2014).
SI DESEAS ESCUCHAR EL AUDIO DE ESTA REFLEXIÓN
HAZ CLICK AQUÍ