27 de mayo de 2024

DESPRENDIMIENTO: sinónimo de éxito y felicidad Evangelio martes 28 de mayo 2024


DESPRENDIMIENTO: SINÓNIMO DE ÉXITO Y FELICIDAD                             
Evangelio martes 28 de mayo 2024
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
            “Pedro le dijo a Jesús: “Tú sabes que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido”. Jesús respondió: “Les aseguro que el que haya dejado casa, hermanos y hermanas, madre y padre, hijos o campos por mí y por la Buena Noticia, desde ahora, en este mundo, recibirá el ciento por uno en casas, hermanos y hermanas, madres, hijos y campos, en medio de las persecuciones; y en el mundo futuro recibirá la Vida eterna. Muchos de los primeros serán los últimos y los últimos serán los primeros”. Marco s 10, 28-31
 
            El desprendimiento como compromiso de cada persona, da como resultado cantidad de posibilidades que se abren, para encontrar a Dios, para cumplir una misión, para el éxito, para la felicidad, para la buena vida conyugal, para un excelente sacerdocio, para la buena vida consagrada, para ser una gran persona que le aporte mucho a una sociedad. El desprendimiento nos permite saber usar con sabiduría todo lo que nos rodea, evitando lo que me impide vivir mejor. ¿Qué es lo que me impide vivir bien? El amor exagerado por el tener, la búsqueda del poder, la equivocada inclinación por el placer. 
 
            Algunos recomiendan definir el desprendimiento para no caer en excesos. Por ejemplo, rechazarlo todo, despreciarlo todo, condenarlo todo. El buen desprendimiento es de aquello que ocupa el lugar de la avaricia, el orgullo, el poder, el egoísmo, el valor exagerado por lo material. Un buen consejo es pensar en la posibilidad de llegar a la conclusión: ¿Qué es lo que realmente necesito? ¿Qué tengo como vanidad? ¿En qué soy caprichoso? ¿Qué es lo útil, lo bueno, y lo necesario?
 
            El Papa Francisco recomienda para llevar una buena vida cristiana, el “Desprendimiento de las cosas mundanas”. El desprendimiento de toda riqueza, es “la condición para iniciar el camino del discipulado.” “Si quieres seguir al Señor, elige el camino de la pobreza, y si tienes riquezas porque el Señor te las ha dado, para servir a los demás, despégate de ellas en tu corazón”. (cfr. Ángelus, 7 de agosto, 2017).
 
            El santo Padre advierte: Por mucho que una persona acumule bienes en este mundo, de una cosa estamos absolutamente seguros: de que no cabrán en el ataúd. ¡No podemos llevarnos los bienes con nosotros! Aquí se revela el sinsentido de este vicio de la avaricia. El vínculo de posesión que construimos con las cosas es sólo aparente, porque no somos los amos del mundo: esta tierra que amamos no es en verdad nuestra, y nos movemos por ella como extranjeros y peregrinos (cfr. Levítico 25, 23). (cfr. Papa Francisco, Audiencia, 24 de enero, 2024).
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