DEL EVANGELIO HARÁ MUCHO
BIEN
Evangelio viernes 10 de mayo 2024
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
La mujer,
cuando va a dar a luz, siente angustia porque le llegó la hora; pero cuando
nace el niño, se olvida de su dolor, por la alegría que siente al ver que ha
venido un hombre al mundo. También ustedes ahora están tristes, pero Yo los
volveré a ver, y tendrán una alegría que nadie les podrá quitar. Aquel día no
me harán más preguntas.” Juan 16, 20-23ª
La
resurrección del Maestro de Nazareth tiene unas exquisitas recomendaciones.
La resurrección abre el espacio para entender la superación, el gozo, la
gracia, la esperanza, la vida nueva que comienza a florecer cuando algún
creyente centra su fe en el Hijo de Dios resucitado. La Cruz se convierte en motivo de superación, de alegría y de vivencia
festiva de la fe. La alegría como una gracia de sentir la vida de una
manera diferente, se convierte en un motivo de la resurrección.
¿Qué podrá significar la alegría
para quien creemos en Dios? La alegría
es un valor, es una virtud, es fruto del Espíritu Santo. Es la manera más
propicia como se vive y se comprende a llevar la Cruz con gozo y esperanza.
El Maestro afirma: “Ustedes tendrán una alegría que nadie les podrá quitar”
Juan 16, 23.
La Palabra
divina nos permite vivir la alegría en su punto equilibrado. Por ejemplo: Cuando
una persona se deja guiar por el Espíritu de Dios, reconoce los frutos del
Espíritu Santo: amor, alegría paz,
paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí. Gálatas
5, 16-26.
La primera portadora del anuncio la
resurrección de Jesucristo, comunica expresión desbordante de gozo y alegría
por saber que el Maestro está vivo. Esa fue la experiencia de María de Magdala.
(cfr. Juan 20, 11-18). Habrá más alegría
en el cielo por un solo pecador que se convierta que por 99 justos que no
tengan necesidad de conversión. Lucas 15, 7.
San Juan
Pablo II al inicio de su pontificado decía al mundo eclesial: “No tengan miedo,
salgan con alegría a anunciar el
Evangelio”. El máximo acontecimiento de la historia de la salvación es la
“resurrección”. El resucitado transmite paz y alegría. (cfr. Juan 14, 27-31ª) San
Pablo, llama a quienes anuncian la Palabra “servidores” no señores de la fe,
sino servidores de vuestra alegría, dice san Pablo °°° (cfr. 2 Corintios 1,
24).
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