20 de mayo de 2024

UN BUEN APÓSTOL ESTÁ DISPONIBLE PARA SERVIR Evangelio martes 21 de mayo 2024


UN BUEN APÓSTOL ESTÁ DISPONIBLE PARA SERVIR
Evangelio martes 21 de mayo 2024
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
            “Jesús atravesaba la Galilea junto con sus discípulos y no quería que nadie lo supiera, porque enseñaba y les decía: “El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; lo matarán y tres días después de su muerte, resucitará”.
Pero los discípulos no comprendían esto y temían hacerle preguntas. Llegaron a Cafarnaúm y, una vez que estuvieron en la casa, les preguntó: “¿De qué hablaban en el camino?” Ellos callaban, porque habían estado discutiendo sobre quién era el más grande.
            Entonces, sentándose, llamó a los Doce y les dijo: “El que quiere ser el primero debe hacerse el último de todos y el servidor de todos”.
 
Después, tomando a un niño, lo puso en medio de ellos y, abrazándolo, les dijo: “El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí, y el que me recibe no es a mí al que recibe sino a Aquél que me ha enviado”. Marcos 9, 30-37.
 
            Para servirle a Dios es necesario ubicarse en una buena posición. El Maestro de Nazareth recomienda el puesto de servidor en la comunidad. Al contrario, existe una buena cantidad de personas que se han equivocado en la vivencia de la fe, en el apostolado, porque piensan que servirle a Dios es estar en el primer lugar o creer que es un privilegio.
 
Cuando un creyente desea ser el primero, confunde la misión con el poder, con el dominio, con la autosuficiencia. Esta segunda opción contradice todo el proyecto de Dios para con la humanidad. Dios quiere un Reino donde todos nos comportemos como hermanos y caminemos en la misma dirección.
 
            El Papa Francisco ha insistido suficientemente en que los católicos nos decidamos a vivir nuestra fe, a cumplir nuestra misión, como una Iglesia Sinodal. Precisamente la sinodalidad no permite personas soberbias, autosuficientes, personas que descartan a los demás o clasifican a las personas.  Dice el santo Padre: Sinodalidad significa caminar juntos como pueblo de Dios. 

Es la manera de escuchar a cada persona individualmente. La sinodalidad nos recuerda la obra del Espíritu Santo a través de nosotros, trabajando todos en una misión común. En conclusión, nadie está por encima de los demás, todos somos hermanos. El servicio es el distintivo de la sinodalidad.
 
            Jesucristo propone el servicio como el mejor remedio para la soberbia, la vanagloria. El Hijo de Dios restaura y sana la vida de las personas para el servicio. Cada persona que recibe la bendición de Dios se convierte en un buen servidor para la comunidad. (cfr. Marcos 1, 29-39).  San Agustín de Hipona aconsejaba: “Que ninguno sea perezoso en el servicio divino”.
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