Evangelio martes 11 de junio 2024
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
“Jesús
envió a sus doce apóstoles, diciéndoles: Por el camino, proclamen que el Reino
de los Cielos está cerca. Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos,
purifiquen a los leprosos, expulsen a los demonios. Ustedes han recibido
gratuitamente, den también gratuitamente. No lleven encima oro ni plata, ni
monedas, ni provisiones para el camino, ni dos túnicas, ni calzado, ni bastón;
porque el que trabaja merece su sustento.
Cuando en tren en una ciudad o en un pueblo, busquen a
alguna persona respetable y permanezcan en su casa hasta el momento de partir.
Al entrar en la casa, salúdenla invocando la paz sobre ella. Si esa casa lo
merece, que la paz descienda sobre ella; pero si es indigna, que esa paz vuelva
a ustedes.” Mateo 10, 7-13.
¿En qué consiste la misión de los futuros apóstoles de Jesús de
Nazareth? La Escritura nos enseña: Lo primero, anunciar el Reino que el
mismo Hijo de Dios sembró en el mundo. Lo segundo, ¿En qué consiste ese Reino?
El Maestro propone practicar la caridad siempre con las demás personas, poner
los talentos al servicio de la comunidad, no dañar la misión con el deseo
excesivo por el dinero o la recompensa, tener un corazón muy desprendido de los
asuntos de este mundo.
Hacer siempre la
voluntad de Dios. Quienes escucharon y
obedecieron a su Maestro, lograron cumplir con el deseo del Salvador. Cada
apóstol con su cultura, su personalidad, sus conocimientos, logró darle una
respuesta a Dios para ser colaborador en su Reino.
De acuerdo a las Actas
de los apóstoles, aparece en la historia del apostolado una persona llena de fe
y del Espíritu Santo. (Hechos 11, 24). Se trata de san Bernabé, considerado
apóstol, a pesar de que no hizo parte de los primeros doce discípulos. Los
historiadores bíblicos recuerdan a Bernabé, por ser un hombre bondadoso, con
mucha fe. Un hombre desprendido, cuenta la Escritura que vendió sus bienes y
los puso a disposición de los más pobres. (cfr. Hechos 4).
Colaboró en la misión
evangelizadora con san Pablo, ambos estuvieron en Antioquía, ambos fueron a
Jerusalén a llevar la colecta para quienes tenían hambre en Judea. Ambos
estuvieron en el Concilio de Jerusalén. Así Bernabé nos deja un ejemplo de un apóstol que produce mucho cuando está
más interesado en la misión y no en sí mismo. Al contrario, Judas
Iscariote, no lo logró.
El Papa Benedicto XVI recuerda que también entre los santos aparecen
las controversias: La santidad crece con la capacidad de conversión, de
arrepentimiento, de disponibilidad para volver a comenzar, y sobre todo con la
capacidad de reconciliación y de perdón. Pablo y Bernabé discuten, pero se
reconcilian. (cfr. Audiencia, 31 de enero, 2007).
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