25 de junio de 2024

EL DISCERNIMIENTO ES UNA GRACIA DE DIOS Evangelio miércoles 26 de junio 2024


EL DISCERNIMIENTO ES UNA GRACIA DE DIOS                                   Evangelio miércoles 26 de junio 2024
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Jesús dijo a sus discípulos: Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos?
 
            Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y arrojado al fuego. Así que por sus frutos los reconoceréis.” Mateo 7, 15-20
 
            Buena advertencia de Jesús de Nazareth ante el impacto que puede causar el anuncio de la Palabra de Dios. El mayor consejo es: “Estar muy atentos”, aprender a distinguir entre lo real del Evangelio y la seducción de los mensajes de aquellos que pretenden ganar prosélitos para su propio bien. Tuvo la razón alguien cuando dijo: Muchas palabras pueden ser inteligentes, pero no necesariamente verdaderas. Seguirán existiendo falsos profetas, que predican con mucha elocuencia, pero su predicación se hace infecunda. La clave para una buena predicación y educación en el Evangelio, es que coordine lo que se anuncia con lo que se hace. Dice el Hijo de Dios: “Por sus frutos los conoceréis”.
 
            El discernimiento es un buen camino para distinguir entre el verdadero o engañoso anuncio del Evangelio. Hoy aprendemos que el discernimiento es una Gracia de Dios. Es un acto de la inteligencia, un acto de la voluntad. El apóstol san Pablo tuvo toda la razón cuando aconsejó: “Que cada cual discierna cuál es la voluntad de Dios. Lo bueno, lo que agrada, lo perfecto”. (Romanos 12, 2).
 
            Para poder discernir con exactitud lo que se desea y la opción más conveniente es necesario entender que:  Discernir es una gracia de Dios. Cuando una persona es de fe, pide insistentemente al creador que le regale el don de la sabiduría para poder elegir lo que desea para el futuro de su vida en ese momento.
 
            El discernimiento es un acto importante que concierne a todos, porque las elecciones son una parte esencial de la vida. Jesús habla del discernimiento con imágenes tomadas de la vida ordinaria; por ejemplo, describe al pescador que selecciona los peces buenos y descarta los malos; o al mercader que sabe identificar, entre muchas perlas, la de mayor valor. O el que, arando un campo, encuentra algo que resulta ser un tesoro (cf. Mateo 13, 44-48). (cfr. Papa Francisco, audiencia, 31 de agosto 2022).
 
El discernimiento es agotador pero indispensable para vivir. Requiere que me conozca a mí mismo, que sepa lo que es bueno para mí aquí y ahora. Sobre todo, requiere una relación filial con Dios.
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