16 de junio de 2024

LA VENGANZA NO ES COMPATIBLE CON LA FE Evangelio lunes 17 de junio 2024


LA VENGANZA NO ES COMPATIBLE CON LA FE
Evangelio lunes 17 de junio 2024
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Jesús dijo a sus discípulos: Ustedes han oído que se dijo: “Ojo por ojo y diente por diente”. Pero Yo les digo que no hagan frente al que les hace mal: al contrario, si alguien te da una bofetada en la mejilla de recha, preséntale también la otra.
 
Al que quiere hacerte un juicio para quitarte la túnica, déjale también el manto; y si te exige que lo acompañes un kilómetro, camina dos con él. Da al que te pide, y no le vuelvas la espalda al que quiere pedirte algo prestado.” Mateo 5, 38-42.
 
            Se llega a ser una persona virtuosa con el ejercicio humilde y abnegado de los buenos hábitos, que nos preparan para responder ante los acontecimientos de la vida, de acuerdo a la voluntad de Dios. La teología moral en la Iglesia Católica enseña que toda persona recibe en su naturaleza la inclinación a la verdad y a la voluntad de hacer el bien. Los estudiosos la denominan: “Semina Virtutum”. 

Aristóteles como padre de la filosofía occidental, enseña que: las virtudes perfeccionan al ser humano, para que logre obrar el bien, según la razón. Una persona virtuosa enfrenta el mal con las virtudes. Por ejemplo: la paciencia, la prudencia, la justicia.
 
            La Sagrada Escritura nos enseña la forma como debe actuar la persona justa, la persona virtuosa: Con sabiduría, paciencia, perseverancia, prudencia, misericordia, fortaleza, temor de Dios. Debemos estar preparados ante las adversidades de la vida. El Maestro de Nazareth recomienda: “No devolver mal por mal”. La venganza no hace parte de los inteligentes y buenos comportamientos de una persona creyente. El buen Dios recomienda: No te vengarás, ni guardarás rencor contra las demás personas. (Levítico 19, 18).
 
            El Papa Francisco propone superar cualquier sentimiento de venganza. Al contrario: Poner paz y orden en el propio corazón, detener la avaricia, apagar el odio y el rencor, huir de la corrupción y huir de las trampas y las astucias. Nuestra vida de fe nos pide afrontar las discordias. las divergencias y los conflictos no de forma agresiva, sino sin prejuicios y con intenciones pacíficas, para encontrar puntos de convergencia aceptables para todos.
 
De cualquier modo, el odio y la violencia son incompatibles con nuestra fe en el «Dios misericordioso y clemente, tardo a la cólera y rico en amor y fidelidad» (Éxodo 34, 6). (cfr. Homilía, 8 de julio, 2022).
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https://youtu.be/gh9prKdx5u0