27 de junio de 2024

MISERICORDIA, PERFIL DEL MISIONERO Evangelio viernes 28 de junio 2024


MISERICORDIA: PERFIL DEL MISIONERO                                      
Evangelio viernes 28 de junio 2024
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Cuando Jesús bajó de la montaña, lo siguió una gran multitud. Entonces un leproso fue a postrarse ante él y le dijo: «Señor, si quieres, puedes purificarme.» Jesús extendió la mano y lo tocó, diciendo: «Lo quiero, queda purificado.» Y al instante quedó purificado de su lepra. Jesús le dijo: «No se lo digas a nadie, pero ve a presentarse al sacerdote y entrega la ofrenda que ordenó Moisés para que les sirva de testimonio». Mateo 8, 1-4.
 
            La misericordia distingue el perfil de un buen misionero. El Salvador del mundo puso en práctica lo que su Padre celestial le encomendó. Instauró el Reino de Dios. Tomó como base la misericordia. Se dio cuenta de lo que más hiere y hace sentir tan mal a un ser humano: sentirse desplazado, juzgado por una sociedad, descartado por leyes que discriminan a las personas. 

Una enfermedad, una limitación. Por ejemplo: Jesucristo sana a un leproso. Acoge la petición del centurión romano. Atiende a la suegra de Pedro. Libera del demonio. Cura un paralítico, Atiende a la hemorroísa, etc. (cfr. Mateo 8 – 9, 32). 
 
            El mejor ejemplo de misericordia, es Jesús de Nazareth. Todo el tiempo de su apostolado, predicando el Reino de su Padre, se dedicó a practicar la misericordia con las personas. Salió en búsqueda del pecador, le dio la mano a las personas, escuchó con calma a los demás. La Escritura nos recomienda las obras de misericordia. son acciones caritativas mediante las cuales ayudamos a los demás en sus necesidades corporales y espirituales (cfr. Isaías 58, 6-7; Hebreos 13, 3).
 
Instruir, aconsejar, consolar, confortar, son obras espirituales de misericordia, como también lo son perdonar y sufrir con paciencia. Santa Rosa de Lima decía: “Cuando servimos a los pobres y a los enfermos, somos buen olor de Cristo”.   
 
            Todas las palabras, las actitudes, los gestos, del Maestro de Nazareth, llevan el distintivo de la misericordia. Misericordia: es la ley fundamental que habita en el corazón de cada persona cuando mira con ojos sinceros al hermano que encuentra en el camino de la vida. Misericordia: es la vía que une Dios y el hombre, porque abre el corazón a la esperanza de ser amados no obstante el límite de nuestro pecado. 
 
            El Papa Francisco nos enseña: Jesús afirma que la misericordia no es solo el obrar del     Padre, sino que ella se convierte en el criterio para saber, quiénes son realmente sus hijos. (N. 9 Misericordiae). “El perdón de las ofensas deviene la expresión más evidente del amor misericordioso y es un imperativo que no podemos prescindir”.  Por ende: “No permitan que la noche los sorprenda enojados” (Efesios 4, 26).  (cfr. Bula, Misericordiae Vultus, año 2015).
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