27 de julio 2025. “No se puede rezar a Dios y ser insensible con los demás” Ángelus Regina Coeli, Papa León XIV, Plaza de san Pedro. Queridos hermanos y hermanas, ¡feliz domingo!
Hoy el Evangelio nos presenta a Jesús que enseña a sus
discípulos el Padrenuestro (cf. Lucas 11,1-13), la oración que une a todos los
cristianos. En ella, el Señor nos invita a dirigirnos a Dios llamándolo “abbá”,
“papá”, como niños, con «simplicidad […], conciencia filial […], audacia
humilde, certeza de ser amados» (Catecismo de la Iglesia Católica, 2778).
Recitando el Padrenuestro, además de celebrar la gracia de
la filiación divina, expresamos también el compromiso de corresponder a ese
don, amándonos como hermanos en Cristo. Uno de los Padres de la Iglesia,
reflexionando sobre esto, escribe: «Es necesario acordarnos, cuando llamemos a
Dios “Padre nuestro”, de que debemos comportarnos como hijos de Dios»
(S. Cipriano de Cartago, De dominica Oratione, 11),
y otro agrega: «No podéis
llamar Padre vuestro al Dios de toda bondad si mantenéis un corazón cruel e
inhumano; porque en este caso ya no tenéis en vosotros la señal de la bondad
del Padre celestial» (S. Juan Crisóstomo, De angusta porta et in Orationem
dominicam, 3). No se puede rezar a Dios como “Padre” y después ser duros e
insensibles con los demás, sino que es importante dejarse transformar por
su bondad, por su paciencia, por su misericordia, para reflejar como en un
espejo su rostro en el nuestro.