EL BUEN SIERVO Evangelio sábado 19 de julio 2025
¿QUIÉN ES EL BUEN SIERVO DE DIOS?
Evangelio sábado 19 de julio 2025
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
“Los fariseos se
confabularon para buscar la forma de acabar con Jesús.
Al enterarse de
esto, Jesús se alejó de allí. Grandes multitudes lo siguieron, y los sanó a
todos. Pero Él les ordenó severamente que no lo dieran a conocer, para que se
cumpliera lo anunciado por el profeta Isaías: “Éste es mi servidor, a quien
elegí, mi muy querido, en quien tengo puesta mi predilección.
Derramaré mi Espíritu sobre Él y anunciará la justicia a las naciones. No
discutirá ni gritará, y nadie oirá su voz en las plazas. No quebrará la caña
doblada y no apagará la mecha humeante, hasta que haga triunfar la justicia; y
las naciones pondrán la esperanza en su Nombre” Mateo 12, 14-21
Jesucristo es el modelo perfecto
de Aquel que cumple una misión en nombre de su Padre celestial. Él es el siervo
de Yahveh, tal como lo anunció el profeta en el norte de Israel: “He aquí a
mi siervo a quien yo sostengo, mi elegido, al que escogí con gusto. He puesto
mi Espíritu sobre él, y hará que la justicia llegue a las naciones. No clama,
no grita, no se escuchan proclamaciones en las plazas. No rompe la caña doblada
ni aplasta la mecha que está por apagarse. sino que hace florecer la justicia
en la verdad.” (Isaías 42, 1-4).
Jesucristo asume con mucha
fortaleza su misión del Siervo de Dios y enfrenta con sabiduría, con prudencia,
con poder espiritual, toda la persecución porque muchos no toleran los
talentos, los carismas y los poderes que Dios ha dejado en sus seguidores.
Jesucristo extiende su mano a todos aquellos que la sociedad desprecia por su
condición social. Jesucristo reprende a quienes se apoderan de la ley y se
convierten en jueces de los demás.
En consonancia con los estudiosos
del tema, sabemos que un Siervo es aquella persona que a través de su fe y
su experiencia espiritual llega a la conclusión que debe amar, servir,
entregarse, hacer la voluntad de Aquel que lo envió. Un siervo se despoja de
todas sus armaduras y se dispone para servirle a una sociedad. San Pablo es un
buen ejemplo de aquella persona que logró servirle muy bien a Dios porque se
despojó de su orgullo y encontró el camino de salvación. Decía el apóstol en su
conversión: “Ya no vivo yo, es Cristo quien vive en mí. Lo que ahora vivo en la
carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios” (Gálatas 2, 20).
Un buen siervo aspira a una vida
santa, así lo recomendaba una columna de la Iglesia Católica. “No se
conformen con los deseos de este mundo, sino como Aquel que los llamó a ser
santos. Sean santos en toda su manera de vivir”. (1 Pedro 1, 14-16). Un buen
siervo no cae en la trampa de las tentaciones: Tener, poder y placer. No
utiliza a Dios para beneficio propio. El Maestro responde: “No solo de pan vive
el hombre” (Lucas 4,4-12)
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