FIDELIDAD Y PRUDENCIA EN LOS ASUNTOS DE DIOS
Evangelio domingo 21 de septiembre 2025
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“El amo felicitó al administrador injusto, por la astucia con que había procedido. Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz. Y yo os digo: ganaos, amigos con el dinero de iniquidad, para que, cuando os falte, os reciban en las moradas eternas.
El que es de fiar en lo poco, también en lo mucho es fiel; el que es
injusto en lo poco, también en lo mucho es injusto. Pues, si no fuisteis fieles
en la riqueza injusta, ¿quién os confiará la verdadera? Si no fuisteis fieles
en lo ajeno, lo vuestro, ¿quién os lo dará?
Aspiramos a ser buenos administradores. Dios nos recomienda dos virtudes para que logremos nuestro objetivo: La fidelidad y la prudencia. La responsabilidad va en comunión con la fidelidad. Dios quiere que seamos personas responsables y muy fieles a los compromisos que vamos adquiriendo. Somos siervos de Dios en el mundo. Eso implica decir que todo lo que somos y todo lo que tenemos se lo debemos a Dios.
La persona que aprende a ser siervo siempre da resultados delante de Dios. Es responsable delante de Dios. Debemos organizar nuestra vida cotidiana, para que nunca llegue ese momento tan triste que Dios nos diga: “Eres un empleado negligente y holgazán.” (cfr. Mateo 25, 26).
Estar vigilantes, estar atentos, ser responsables, es la recomendación del Ungido de Dios, para que cada persona desde el ambiente de su fe, aprenda a comportarse, a tener su ética, a vivir según la moral, ante la expectativa de la venida del Salvador. La fidelidad es un excelente principio para vivir de acuerdo al espíritu del Reino de Dios. El Salvador del mundo pide a todo creyente, ser fiel: a su Palabra, a sus principios, a los mandatos, a las reglas de la fe.
Fidelidad, prudencia y bondad, son el camino correcto para un futuro discípulo del resucitado. Si piensa en ser una persona prudente, deberá comprender la recomendación del Papa emérito Benedicto XVI: “La prudencia no debe confundirse con la astucia, sino que se debe asumir como un criterio para actuar en la verdad:
“la prudencia exige la razón humilde, disciplinada y vigilante que no se deja deslumbrar por los prejuicios, no juzga según los deseos y pasiones, sino que busca la verdad- incluso la verdad incómoda. Prudencia significa ir en búsqueda de la verdad y actuar conforme a ella. El siervo prudente es sobre todo un hombre de verdad y un hombre de sincera razón” (Homilía, 12 de septiembre 2009).
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https://youtu.be/c95tWo4Hmq0