OBEDIENCIA Y PACIENCIA ANTE LA
MISIÓN
Hacemos la voluntad de Dios Evangelio jueves 4 de septiembre
2025
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
“Jesús subió a
una de las barcas, que era de Simón, y le pidió que se apartara un poco de la
orilla; después se sentó, y enseñaba a la multitud desde la barca. Cuando
terminó de hablar, dijo a Simón: “Navega mar adentro, y echen las redes”.
Simón le respondió: “Maestro, hemos trabajado la noche entera y no hemos
sacado nada, pero si Tú lo dices, echaré las redes”. Así lo hicieron, y sacaron
tal cantidad de peces, que las redes estaban a punto de romperse. Entonces
hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que fueran a ayudarlos.
Ellos acudieron, y llenaron tanto las dos barcas, que casi se hundían.
Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús y le dijo: “Aléjate de
mí, Señor, porque soy un pecador”. El temor se había apoderado de él y de los
que lo acompañaban, por la cantidad de peces que habían recogido; y lo mismo
les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, compañeros de Simón. Pero
Jesús dijo a Simón: “No temas, de ahora en adelante serás pescador de hombres”.
Lucas 5, 1-11
La obediencia pertenece a la
dimensión comunitaria de la fe. Eso implica decir que obedecer en la fe es
someterse libremente a la palabra escuchada. La obediencia es una virtud, es
una gracia, es un camino hacia la santidad. Quien obedece las indicaciones de
la Palabra de Dios, las indicaciones de la ética y la moral, las indicaciones
de la jurisprudencia, las indicaciones para la convivencia social, produce
excelentes resultados como persona en su madurez, en su ejemplo para la
comunidad, en su trabajo misionero como modelo de discípulo misionero. La regla
sería: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres» (Hechos 5, 29).
La Sagrada Escritura nos
proporciona excelentes ejemplos de hombres y mujeres que cumplieron
excelentemente su misión gracias a que obedecieron el mandato de Dios y se
dedicaron a hacer la voluntad del creador. Por ejemplo: Abraham. Dios le
propone: Deja tu país a los de tu raza y a la familia de tu padre, y anda a la
tierra que yo te mostraré. (Génesis 12, 1).
«Por la fe,
Abraham obedeció y salió para el lugar que había de recibir en herencia, y
salió sin saber a dónde iba»
La Virgen María es el modelo
perfecto de la obediencia: Cumple perfectamente el mandato de Dios,
obedeciendo lo que le anuncia el Ángel: "El Espíritu Santo descenderá
sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el niño
santo que nacerá de ti será llamado Hijo de Dios. °°° Para Dios, nada es
imposible.»
Dijo María: «Yo
soy la servidora del Señor, hágase en mí tal como has dicho.» Después la
dejó el ángel." (cfr. Lucas 1, 35-38).
El Papa Francisco nos enseña que
quien no es obediente a Dios, cierra su vida y su corazón ante la expectativas
de la vida eterna. obedecer es "tener la valentía de cambiar de camino,
cuando el Señor nos lo pida". (cfr. Homilía, 16 de abril, 2015).
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https://youtu.be/d8t0zatk5LE