¿Cómo produce frutos la Palabra? Evangelio sábado 20 de septiembre 2025
¿CÓMO PRODUCE FRUTOS LA PALABRA DE DIOS?
Evangelio sábado 20 de septiembre 2025
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Les dijo
entonces en parábola: «Salió un sembrador a sembrar su simiente y, al sembrar,
una parte cayó a lo largo del camino, fue pisada y las aves del cielo se la
comieron; otra cayó sobre piedra y, después de brotar, se secó, por no tener
humedad; otra cayó en medio de abrojos y, creciendo los abrojos con ella, la
ahogaron.
Y otra cayó en tierra buena y, creciendo, dio fruto centuplicado.» Dicho
esto, exclamó: «El que tenga oídos para oír, que oiga.» Le preguntaban sus
discípulos qué significaba esta parábola, y él dijo: «A vosotros se os ha dado
el conocer los misterios del Reino de Dios; a los demás sólo en parábolas, para
que, viendo, no vean y, oyendo, no entiendan.” °°° Lucas 8, 4-15.
Para que la Palabra de Dios
produzca el fruto deseado, ¿de qué depende? Es importante creer en la
Palabra, Escuchar la Palabra, Meditar la Palabra y obedecer a la Palabra. Son pasos fundamentales para que la Palabra
de Dios produzca frutos en cada una de las personas.
La Sagrada Escritura nos enseña
que debemos creer primero en la Palabra, porque es de Dios y anunciada por el
mismo Dios, por los patriarcas, por los profetas, por sus propio Hijo. El
apóstol san Pablo enseña que Toda Escritura está inspirada por Dios. La misma
Palabra es útil para enseñar, para debatir, para corregir, para conducir hacia
el bien. (2 Timoteo 3, 16).
El apóstol Santiago enseña que la
Palabra tiene el poder de Salvar a una persona. Recomienda recibir con
sencillez la Palabra. No hay que conformarse solo con escuchar la Palabra,
sino que es importante llevarla a la práctica. Quien escucha la Palabra,
pero no quiere ponerla en práctica es como aquella persona que se mira en un
espejo y se retira y se le olvida aquello que contempló. (Santiago 1, 21-24).
Quien medita la Palabra logra un
mayor conocimiento de Dios. Un fortalecimiento en su fe. Paz y gozo en su
vida personal. “Será dichosa aquella persona que no asiste a las reuniones de
los malvados, ni sigue el camino de los pecadores, hace lo que le agrada al
Señor, medita su Palabra día y noche. (Salmo 1, 2).
Obedecer es un mandato divino.
Una persona prospera y encuentra el éxito cuando toma en serio obedecer los
mandatos del Señor, sus decretos, sus leyes. (1 Reyes 2, 3).
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