DIOS QUIERE UNA IGLESIA EUCARÍSTICA Y DE HERMANOS Evangelio domingo 1 de mayo 2022
DIOS QUIERE UNA IGLESIA EUCARÍSTICA Y DE HERMANOS Evangelio Domingo 1 de mayo 2022 Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué “Se
manifestó Jesús otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Se
manifestó de esta manera. Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el
Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea, los de Zebedeo y otros dos de sus
discípulos. Simón Pedro les dice: «Voy a pescar.» Le contestan ellos: «También
nosotros vamos contigo.» Fueron y subieron a la barca, pero aquella noche no
pescaron nada. Cuando ya amaneció, estaba Jesús en la orilla; pero los
discípulos no sabían que era Jesús. Díceles Jesús: «Muchachos, ¿no tenéis
pescado?» Le contestaron: «No.» Él les dijo: «Echad la red a la derecha de la
barca y encontraréis.» El ungido de Dios, organiza una
comunidad de acción y de mesa Eucarística.Una Iglesia eminentemente de pescadores, una Iglesia de hombres y
mujeres que tenemos la misión de estar permanentemente lanzando la red,
abriendo los espacios, estando muy atentos, disponiendo de buen tiempo. Una
Iglesia abierta a los signos de los tiempos, una Iglesia que escucha al mundo
moderno. Tal como la imagina el Papa Francisco: “Me gustaría una Iglesia
inquieta, siempre cercana a los abandonados, a los olvidados, a los
imperfectos”. El santo Padre sueña con una Iglesia que cumpla con los
requisitos de: la humildad, desinterés, y bienaventuranza. una Iglesia que sabe
reconocer la acción del Señor en el mundo, en la cultura, en la vida cotidiana
de la gente. (cfr. Evangelii Gaudium, 49). El pescador de hombres vuelve a
ser pescador de peces.La
experiencia con el Maestro de Nazareth no puede ser vivida de una manera
individual, sino en comunidad. El Salvador propone una Iglesia de hermanos, de
hombres y mujeres que trabajan unidos, que aprenden a caminar juntos, a ser
obedientes y “lanzan la red a la derecha de la barca”. Allí precisamente
descubren la identidad magna del resucitado. Jesucristo propone una Iglesia
Católica pascual, todo aquel que pretenda ser discípulo del Hijo de Dios,
tendrá que vivir pascualmente, guiado siempre por la Palabra de su Maestro,
permitiendo que el Espíritu de Dios le enseñe a formar una comunidad de amor,
donde reina la caridad, la misericordia, la justica. Eso es exactamente una
Iglesia Pascual. Jesucristo es el Señor, de los vivos y de los muertos. Es el
Señor de su Iglesia, es quien ejerce su señorío con la Palabra y la
Eucaristía. Un buen modelo de una persona
justa por antonomasia es san José. Un hombre que vivió en plenitud su
misión con un corazón de padre, un hombre humilde, un testigo de Dios. Como
dice el Papa Francisco: el hombre de la presencia diaria, discreta y oculta.