4 de abril de 2022

NO HYA RAZÓN PARA JUZGAR A LOS DEMÁS. Evangelio Lunes 4 de Abril 2022


NO HAY RAZÓN PARA JUZGAR A LOS DEMÁS
Evangelio. lunes 4 de abril 2022
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
Quien conserva la gracia santificante, ese es verdaderamente luz para los demás. Afirma el santo Evangelio: “Jesús les habló otra vez diciendo: «Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida.» Los fariseos le dijeron: «Tú das testimonio de ti mismo: tu testimonio no vale.» Jesús les respondió: «Aunque yo dé testimonio de mí mismo, mi testimonio vale, porque sé de dónde he venido y a dónde voy; pero vosotros no sabéis de dónde vengo ni a dónde voy. Vosotros juzgáis según la carne; yo no juzgo a nadie.” (Juan 8, 12-20). 

   Una señal de esperanza abre las puertas a la transformación del mundo: “Aceptando el Evangelio, participamos en Cristo Jesús, de las mismas promesas que el pueblo de Israel” (cfr. Mateo 2, 1-12.  La noticia es alentadora; Dios vuelve a insistir, no basta con reconocer que Dios es importante, es necesario acudir a la esperanza: “Jesucristo es la luz del mundo. Él no juzga a nadie. Él da testimonio de sí mismo. Aprendemos a brillar con luz propia, con la Gracia santificante nos hace “agradables a Dios”. 

Los carismas, que son gracias especiales del Espíritu Santo, están ordenados a la gracia santificante y tienen por fin el bien común de la Iglesia. Dios actúa así mediante gracias actuales múltiples que se distinguen de la gracia habitual, que es permanente en nosotros. (Catecismo # 2024).
 
            700 años antes de la Encarnación del Hijo de Dios, hubo un profeta que presentó al mundo el comunicado de Dios: Levántate y sonríe Jerusalén que ya llega tu luz y brilla en ti la gloria del Señor. Ese es el profeta Isaías, que descubre la Jerusalén futura, la imagen de la Iglesia iluminada por la luz. 

Un Cristo que es y debe ser luz para el mundo, aquel que lo siga no andará en tinieblas. Un mundo de bautizados que se convierten en luz en medio de las tinieblas, luchan contra las injusticias, enfrentan el pecado del mundo, buscan la fraternidad, construyen un mundo mejor.
 
            El Papa emérito Benedicto XVI propone que todos los bautizados seamos “luz del mundoLa clave es el ser conscientes de que nos convertimos en luz, identificándonos con aquel que tiene el poder de la luz: Si creemos que Él es el Hijo de Dios, que ha sanado a los enfermos y resucitado a los muertos; más aún, que Él ha resucitado del sepulcro y vive verdaderamente, entonces comprendemos que Él es la luz, la fuente de todas las luces de este mundo.” (cfr. Discurso, Viaje apostólico, Alemania, 2011).