15 de abril de 2022

ÁNIMO, CON DIOS NADA ESTÁ PERDIDO. Evangelio Vigilia Pascual, sábado santo 16 de abril 2022


ÁNIMO, CON DIOS NADA ESTÁ PERDIDO  
Evangelio Sábado Santo,  Vigilia Pascual, 16 de abril 2022
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“El primer día de la semana, muy de mañana, fueron al sepulcro llevando los aromas que habían preparado. Pero encontraron que la piedra había sido retirada del sepulcro, y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. No sabían que pensar de esto, cuando se presentaron ante ellas dos hombres con vestidos resplandecientes. Como ellas temiesen e inclinasen el rostro a tierra, les dijeron: «¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo?” °°° (Lucas 24, 1-12). Una sinfonía perfecta de luz, vida, oxigeno, esperanza, ilusión, trabajo, comunidad, pueblos, tierra, etc.  Desde la misma creación se puede contemplar la grandeza de Dios, la perfección del Señor, el amor de Dios, la misericordia de Dios, la presencia permanente de Dios, quien se goza de su misma obra, la cual la sostiene con el hálito de su Espíritu. Lo más común es que el corazón se llene de gratitud, que la mente busque infinitud de lugares, que el corazón no se sacie de tanto gozo y tanta belleza creadora, que hombres y mujeres no terminen de viajar por tantos lugares del mundo para sentir el deleite de la maravilla de las cosas de Dios. Que los creyentes reafirmemos más nuestra fe en Aquel que lo hizo todo, lo puede todo, y en El están las esperanzas del futuro infinito.
 
Ganar la libertad y vivir en libertad es el regalo más grande que se le puede ofrecer a un pueblo, a una persona. Dios le concedió ese presente a Israel. Liberó a todos los hebreos quienes estaban sometidos al yugo de los egipcios. Ganamos la libertad, cuando nos dejamos liberar, cuando detenemos el mal, cuando le cerramos el corazón al pecado, cuando decimos la verdad, cuando somos justos con los demás. Cristo Jesús ganó la libertad para todos aquellos que se atrevieron a creer en su resurrección, para quien no teme decirle “Tú eres el Mesías, el que debía venir al mundo”, para quien osa predicar su nombre en todo lugar, para quien es más atrevido aún, y lo acepta en lo profundo de su corazón.
 
La gran invitación del Papa Francisco, para un sábado santo, es: “Ánimo, con Dios, nada está perdido”. Las esperanzas superficiales se evaporan con el pasar de los días, “La esperanza de Jesús es distinta, infunde en el corazón la certeza de que Dios conduce todo hacia el bien, porque incluso hace salir de la tumba la vida. El sepulcro es el lugar donde quien entra no sale. Pero Jesús salió por nosotros, resucitó por nosotros, para llevar vida donde había muerte, para comenzar una nueva historia que había sido clausurada, tapándola con una piedra”. (Homilía, 11 de abril, 2020).