28 de abril de 2022

LA COMPASIÓN SIEMPRE VIENE DE DIOS. Evangelio Viernes 29 de Abril 2022


LA COMPASIÓN SIEMPRE VIENE DE DIOS      
Evangelio viernes 29 de abril 2022
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Se fue Jesús a la otra ribera del mar de Galilea, el de Tiberíades, y mucha gente le seguía porque veían las señales que realizaba en los enfermos. Subió Jesús al monte y se sentó allí en compañía de sus discípulos. Estaba próxima la Pascua, la fiesta de los judíos. Al levantar Jesús los ojos y ver que venía hacia él mucha gente, dice a Felipe: «¿Dónde vamos a comprar panes para que coman éstos?»  Se lo decía para probarle, porque él sabía lo que iba a hacer. Felipe le contestó: «Doscientos denarios de pan no bastan para que cada uno tome un poco.» Le dice uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro: «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero ¿Qué es eso para tantos?» Dijo Jesús: «Haced que se recueste la gente.» °°° (Juan 6, 1-15).

El Pan de los signos: muy necesario, porque somos seres eminentemente sensibles, necesitamos saber que, con cinco panes y dos peces, comieron más de cinco mil personas; con la bendición de Dios y la fe se puede transformar el mundo e incluso con ese mismo signo han recibido gracia tras gracia, cantidad de generaciones. El gesto es caritativo, es necesario, es indispensable: “comieron todos, hasta que se saciaron”. La misericordia y la bondad de Dios se imponen ante la mezquindad del corazón humano. Jesucristo es el Maestro del amor y de la misericordia. Los gestos, las actitudes y las palabras de Cristo permiten entender el cambio de la historia. Es el cambio que nos incita hacia una civilización del amor, a una cultura de la misericordia, a una sociedad de la hermandad y el perdón. Dice el Hijo de Dios: “Recojan las sobras, que no se desperdicie nada” (Juan 6, 12).
 
            Los panes, los peces, la necesidad, la bendición, la bondad de Dios, nos permiten vislumbrar el sacramento de la Eucaristía. Esa misma Eucaristía se convierte para los creyentes en la dieta integral. Necesitamos el Pan de la Palabra, el Pan de los signos, el Pan de la Eucaristía. La dieta del futuro líder y apóstol de Dios. Es una dieta perfectamente balanceada: el Pan de la Palabra de Dios se sirve en la Eucaristía, se proclama, se medita, se instala en el corazón del creyente, es la sabiduría de ese Dios que ofrece su Reino como principio de salvación.  El Papa magno nos enseñaba: La Eucaristía edifica la Iglesia. La Iglesia vive de la Eucaristía. (San Juan Pablo II, Ecclesia de Eucharistia, 1). Los apóstoles siendo fieles a su Maestro, entendieron la Eucaristía como centro de la vida eclesial: “Acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la comunión, a la fracción del pan y a las oraciones.» (Hechos 2, 42). 

El Papa Francisco vislumbra en la Eucaristía la fuerza, el perdón, el caminar, para los débiles: “la Eucaristía no es un premio para los buenos, sino la fuerza para los débiles, para los pecadores, es el perdón, el viático que nos ayuda a andar, a caminar” (Corpus Christi, 4 de junio 2015).