1 de abril de 2022

LAS PERSONAS NO SE DEBEN DESCARTAR. Evangelio Sábado 2 de Abril 2022


LAS PERSONAS NO SE DEBEN DESCARTAR
Evangelio. sábado 2 de abril 2022
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
No hay razón para descartar o clasificar las personas. Dice el texto bíblico: “Algunos de los que habían escuchado a Jesús comenzaron a decir: «Este es verdaderamente el profeta.» Otros decían: «Este es el Cristo.» Pero otros replicaban: «¿Acaso va a venir de Galilea el Cristo? ¿No dice la Escritura que el Cristo vendrá de la descendencia de David y de Belén, el pueblo de donde era David?» Se originó, pues, una disensión entre la gente por causa de él.” (Juan 7, 40-53).

            La identidad del Hijo de Dios, causa impacto en medio de una sociedad, acostumbrada a clasificar las personas, a creer que las personas se les debe respetar o darles una importancia de acuerdo a su posición social, su origen, su familia, su cultura, etc. Algunos se impactan y admiten que verdaderamente, él es un profeta. Otros dicen que es el Mesías. Otros se oponen y se preguntan si alguien que tiene tanta sabiduría y tanto poder puede venir de un pueblo o de una familia humilde.  

Nosotros aprendemos desde nuestra religión que las personas son personas, porque son hijos de Dios, son obra del creador, son seres humanos. No hay distinción entre raza, ni color. Santa Tomás de Aquino enseñaba que la persona es sustancia individual de naturaleza racional. Toda persona es creada por Dios. Es humana y tiene inspiración divina.
 
El Papa Francisco condena el hecho de descartar a las personas. 
la misericordia hacia los pecadores es el estilo con el cual actúa Dios y a esta misericordia Él es absolutamente fiel: nada ni nadie podrá alejarlo de su voluntad de salvación. Dios no conoce nuestra actual cultura del descarte, en Dios esto no cabe. Dios no descarta a ninguna persona; Dios ama a todos, busca a todos… ¡Todos! Uno por uno. Él no conoce esta palabra ‘descartar a la gente’, porque es todo amor y toda misericordia”,   
 
El papa Francisco critica, con ahínco, esta cultura del descarte que se ha vuelto hegemónica en nuestro mundo, porque vulnera la dignidad sublime de toda persona humana, tesis central de la Doctrina Social de la Iglesia. Descartar a un ser humano ya sea por su poder adquisitivo, por su color de piel, por su condición social, religiosa o económica o, simplemente, por sus creencias o ideas, es sucumbir a la cultura del descarte. (cfr. Audiencia, 4 de mayo 2016).