TE SANAS Y PUEDES CREERLE A DIOS
Evangelio. VIERNES 8 DE ABRIL 2022
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
¿En qué consiste la dinámica de la fe? Afirma la Sagrada Escritura: Los judíos trajeron otra vez piedras para apedrearle. Jesús les dijo: «Muchas obras buenas que vienen del Padre os he mostrado. ¿Por cuál de esas obras queréis apedrearme?» Le respondieron los judíos: «No queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino por una blasfemia y porque tú, siendo hombre, te haces a ti mismo Dios.» Jesús les respondió: «¿No está escrito en vuestra Ley: Yo he dicho: dioses sois?” °°° (Juan 10, 31-42).
Enseña
el Papa Francisco: No basta encontrar a Jesús para creer en Él, no basta
leer la Biblia, el Evangelio, eso es importante ¿eh?, pero no basta. No
basta ni siquiera asistir a un milagro, como el de la multiplicación de los
panes. Muchas personas estuvieron en estrecho contacto con Jesús y no le
creyeron, es más, también lo despreciaron y condenaron. Y yo me pregunto: ¿por
qué, esto? ¿No fueron atraídos por el Padre? No, esto sucedió porque su corazón
estaba cerrado a la acción del Espíritu de Dios.
Y si tú tienes el corazón
cerrado, la fe no entra. Dios Padre siempre nos atrae hacia Jesús. Somos
nosotros quienes abrimos nuestro corazón o lo cerramos. En cambio, la fe, que
es como una semilla en lo profundo del corazón, florece cuando nos dejamos
“atraer” por el Padre hacia Jesús, y “vamos a Él” con ánimo abierto, con
corazón abierto, sin prejuicios. (Homilía, 9 de agosto, 2015).
La
experiencia en la historia demuestra que hombres y mujeres, no nos hemos
podido acostumbrar a contemplar y vivir según las reglas del Evangelio. Nos
cuesta bastante, creer en Dios, creerle a Dios, aceptar los designios de Dios.
Por ejemplo, un Dios cercano nos parece extraño, un Dios hombre, es imposible
para muchos; un Dios que perdona pecados, es una blasfemia; un Dios que
resucita muertos, no lo puedo creer; un Dios hijo de un carpintero, de una
mujer humilde, no puede ser cierto que hable con tanta sabiduría, que deje
atónitos a los doctores de la ley, que sea tan diferente a nosotros, eso es muy
extraño. Alguien que siendo hombre, pretende ser Dios.
El Nazareno propone
que creamos en las obras, para que podamos comprender que el Padre celestial
está en el Hijo y el mismo Hijo, está en el Padre. ¿Por qué no cambiar
nuestra mentalidad? ¿Por qué no renovar nuestro espíritu? A Dios hay que
aprender a descubrirlo, para lograrlo es necesario creerle, para creerle es
indispensable la sanación de nuestro espíritu.