21 de abril de 2022

QUIEN CREE SE DEJA GUIAR POR EL ESPÍRITU DE DIOS Evangelio Viernes 22 de abril 2022


QUIEN CREE SE DEJA GUIAR POR EL ESPÍRITU DE DIOS     
Evangelio Viernes 22 de abril 2022
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Después de resucitar, se manifestó Jesús otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Se manifestó de esta manera. Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea, los de Zebedeo y otros dos de sus discípulos. Simón Pedro les dice: «Voy a pescar.» Le contestan ellos: «También nosotros vamos contigo.» Fueron y subieron a la barca, pero aquella noche no pescaron nada. Cuando ya amaneció, estaba Jesús en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Díceles Jesús: «Muchachos, ¿no tenéis pescado?» Le contestaron: «No.» Él les dijo: «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis.» °°° (Juan 21, 1-14).
 
El ungido de Dios, organiza una comunidad de acción y de mesa Eucarística.  Una Iglesia eminentemente de pescadores, una Iglesia de hombres y mujeres que tenemos la misión de estar permanentemente lanzando la red, abriendo los espacios, estando muy atentos, disponiendo de buen tiempo. Una Iglesia abierta a los signos de los tiempos, una Iglesia que escucha al mundo moderno. Tal como la imagina el Papa Francisco: “Me gustaría una Iglesia inquieta, siempre cercana a los abandonados, a los olvidados, a los imperfectos”. “Deseo una Iglesia alegre con rostro de madre, que comprenda, que acompañe, que acaricie”. “prefiero una Iglesia accidentada, herida y sucia por haber salido a la calle que una Iglesia enferma por estar cerrada por la comodidad de aferrarse a las propias seguridades”.  Una Iglesia de la periferia. Una Iglesia que tenga olor a oveja. (Discurso, catedral de Florencia (Italia) 10 de noviembre 2015)
 
            Quien cree, se deja guiar por el Espíritu de Dios. Quien aspira a ser discípulo, un buen consagrado, un buen ministro, un buen laico, se identifica con su Maestro y cumple una misión desde el espíritu del resucitado. Las reglas de juego son: La pascua, superó el pecado, superó la tentación, superó la muerte, está vivo. El hermeneuta bíblico propone, ¿Cómo vivir pascualmente? Su respuesta es: Los discípulos descubren, que hacer comunidad no es simplemente “estar juntos” (Juan 21, 2ª) sino hacer una dinámica interna: llegar a ser realmente “comunidad de amor” que “centra” y al mismo tiempo “irradia” el punto de convergencia que es Jesús confesado como “El Señor” (Juan 21, 7.12), quien ejerce su Señorío en la Palabra y en la nutrición eucarística, signo de vida abundante, reconciliación y fraternidad (Juan 21,9-13). La experiencia demuestra a los discípulos que sus logros no se deben a sus esfuerzos personales sino a la manifestación del poder de la Palabra de Jesús.  Comer el Pan y beber el Vino: nutren, alimentan y proyectan la vida del futuro discípulo del resucitado.