27 de abril de 2022

CREEMOS EN LA VIDA ETERNA Evangelio Jueves 28 de Abril 2022


CREEMOS EN LA VIDA ETERNA     
Evangelio jueves 28 de abril 2022
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Aquel que viene de arriba está por encima de todos: el que es de la tierra, es de la tierra y habla de la tierra. El que viene del cielo, da testimonio de lo que ha visto y oído, y su testimonio nadie lo acepta. El que acepta su testimonio certifica que Dios es veraz. Porque aquel a quien Dios ha enviado habla la palabra de Dios, porque da el Espíritu sin medida.” (Juan 3, 31-36).La vida eterna no es una ilusión, no es una fuga del mundo, sino una poderosa realidad que nos llama y compromete a perseverar en la fe y en el amor.  En el sacramento del bautismo recibimos la semilla de la vida eterna. De acuerdo a la profesión de nuestra fe cristiana. Quien somos católicos declaramos que “Creemos en la vida eterna”.
 
La Sagrada Escritura nos enseña que: Los que mueren en la gracia y la amistad de Dios y están perfectamente purificados, viven para siempre con Cristo. Son para siempre semejantes a Dios, porque lo ven "tal cual es" (1 Juan 3, 2), cara a cara (cf. 1 Corintios 13, 12) Vivir en el cielo es "estar con Cristo" (cfr. Juan 14, 3; Filipenses 1, 23; 1 Tesalonicenses 4,17). Los elegidos viven "en Él", aún más, tienen allí, o mejor, encuentran allí su verdadera identidad, su propio nombre (cfr. Apocalipsis 2, 17): «Pues la vida es estar con Cristo; donde está Cristo, allí está la vida, allí está el reino» (San Ambrosio) (Catecismo Iglesia Católica, # 1023 -1025).
 
La Iglesia ruega para que nadie se pierda: "Jamás permitas [...] Señor, que nunca me separe de ti" (Oración antes de la Comunión, 132: Misal Romano). Si bien es verdad que nadie puede salvarse a sí mismo, también es cierto que "Dios quiere que todos los hombres se salven" (1 Timoteo 2, 4) y que para Él "todo es posible" (Mateo 19, 26). (Catecismo, # 1058).
 
            El Papa Francisco enseña que la vida eterna empieza en este momento: Si es verdad que Jesús nos resucitará al final de los tiempos, es también verdad que, en un aspecto, ya estamos resucitados con Él. ¡La Vida Eterna comienza ya en este momento! Comienza durante toda la vida hacia aquel momento de la resurrección final ¡Ya estamos resucitados! De hecho, mediante el Bautismo, estamos insertos en la muerte y resurrección de Cristo y participamos de una vida nueva, es decir la vida del Resucitado. (Catequesis, 4 de diciembre, 2013).