EL NAZARENO REVELA SU IDENTIDAD
Evangelio. MARTES 5 DE ABRIL 2022
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
El Maestro revela su identidad. Dice el libro sagrado: “Jesús dijo a los judíos: «Yo me voy y vosotros me buscaréis, y moriréis en vuestro pecado. Adonde yo voy, vosotros no podéis ir.» Los judíos se decían: «¿Es que se va a suicidar, pues dice: "Adonde yo voy, ¿vosotros no podéis ir?» Él les decía: «Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba. Vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo.” °°° (Juan 8, 21-20).
El
discípulo no sólo contempla e imita, sino que además se compromete con el
destino del maestro, con sus tentaciones (Lucas 22,28), su persecución (Mateo
10,24-25), y su muerte (Juan 11,16). No sólo imita el modelo, no sólo asume el
compromiso, sino que llega a identificarse con su Maestro y sabrá que el Nazareno
no hace nada por su cuenta, él enseña y hace la voluntad de su Padre celestial.
(cfr. Juan 8, 28-29).
El Papa emérito Benedicto XVI en
su famoso libro “Jesús de Nazareth” define que Jesucristo transforma su muerte
violenta, en la libre entrega de su propia vida. Es más: Jesús habló en dos ocasiones de su
"irse" donde los judíos no podían ir. Quienes lo escuchaban trataron
de adivinar el sentido de esto y avanzaron dos suposiciones. En un caso
dijeron: «¿Se irá a los que viven dispersos entre los griegos para enseñar a
los griegos?». En otro, comentaron: «Será que va a suicidarse?». El Hijo de Dios revela el secreto de su
éxito: cumplir siempre con la voluntad de Dios. “Yo hago siempre lo que a Él le
agrada”.
Si se trata de identificarse con el
Salvador, habría que llegar a la conclusión que: El amor, identifica una
persona de fe. El Hijo de Dios prefiere cimentar la misión, sobre una base
sólida y renovadora: Es sólida porque el amor no admite ambigüedades. Es
renovadora, porque la antigua tradición se contentaba con expresar el amor a
Dios a través de ritos y fórmulas.
Según el Maestro; el amor a Dios, pasa a
través del amor a los demás y se convierte en la carta de presentación de un
cristiano. Nadie puede atreverse a decir que ama a Dios, mientras lastima a su
hermano, censura a los demás, destruye la dignidad del otro. (cfr. 1 Juan 4,
20).