17 de junio de 2022

EL DINERO ES UNA FILOSOFÍA ENGAÑOSA Evangelio sábado 18 de Junio 2022


EL DINERO ES UNA FILOSOFÍA ENGAÑOSA  
Evangelio Sábado 18 de junio 2022
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Dijo Jesús a sus discípulos: Nadie puede estar al servicio de dos amos. Despreciará a uno y querrá al otro; o, al contrario, se dedicará el primero y no hará caso del segundo. No pueden servir a Dios y al dinero. No estén agobiados por la vida, pensando qué van a comer o beber, ni por el cuerpo, pensando con qué se van a vestir. ¡No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido?” °°° Mateo 6, 24-34.
            Jesucristo contrapone la actitud de quien se afana por el dinero y las cosas de aquí abajo, con la persona que vive desprendida y confiada en la providencia de Dios. Aquellos al poner sus esperanzas e ilusiones en el mundo y sus cosas viven en el ansia y la intranquilidad. En último término los éxitos y satisfacciones, tan anhelados, vienen determinados por factores que no siempre se pueden controlar.  De acuerdo al Maestro de la sabiduría y de la bondad, no es fácil, pero reporta tranquilidad, paz y verdadera alegría interior, saberse en las manos de un Padre bondadoso que nos invita a no preocuparnos de las cosas de este mundo

Es una seguridad mejor fundada que las mejores predicciones de negocios. El asunto no es negar el valor a las cosas de este mundo, pues son necesarias. Sin embargo, podemos discernir, con la ayuda de Dios, cuál es el uso sabio de las cosas de este mundo. “Cada día tiene su afán. Basta a cada día su propio disgusto” (Mateo 6, 34).
            Si la autoridad viene de Dios, eso implica decir que el dinero ocupa el lugar del servicio, por ende, no se le puede servir a Dios y ser esclavo del amor excesivo al dinero, (cfr. Lucas 16, 13). Cuando sucede lo contrario, viene la corrupción, la rebeldía, la hipocresía, la mentira, la discriminación. Todo lo que se ufane desde el poder del dinero, lastima los derechos y el bien común de una sociedad. El dinero se convierte en una filosofía demasiado engañosa, (cfr. Marcos 4,19).

            El Papa Francisco nos propone pensar en una persona de fe, en una Iglesia, en alguien que confía más en Dios y menos en el poder del dinero. Enseña el santo Padre: “La mundanidad nos hace daño. Es muy triste encontrar a un cristiano mundano, seguro —según él— de esa seguridad que le da la fe y seguro de la seguridad que le da el mundo. No se puede obrar en las dos partes. La Iglesia —todos nosotros— debe despojarse de la mundanidad, que la lleva a la vanidad, al orgullo, que es la idolatría.

Jesús mismo nos decía: «No se puede servir a dos señores: o sirves a Dios o sirves al dinero» (cf. Mateo 6, 24). En el dinero estaba todo este espíritu mundano; dinero, vanidad, orgullo, ese camino… nosotros no podemos… es triste borrar con una mano lo que escribimos con la otra. ¡La mundanidad espiritual mata! ¡Mata el alma! ¡Mata a las personas! ¡Mata a la Iglesia! (Discurso en Asís, 4 de octubre 2013).