MARÍA,
ES MADRE DE LA IGLESIA.
Evangelio
Lunes 6 de junio 2022
Padre,
Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Junto
a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de
Cleofás, y María Magdalena. Jesús, viendo a su madre y junto a ella al
discípulo a quien amaba, dice a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo.» Luego
dice al discípulo: «Ahí tienes a tu madre.» Y desde aquella hora el discípulo
la acogió en su casa. Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba
cumplido, para que se cumpliera la Escritura, dice: «Tengo sed.» °°° Juan 19,
25-34
El
Papa Francisco, establece, pide y recomienda a la Iglesia Católica, celebrar la
memoria de: “María, Madre de la Iglesia”. Idea que se le ocurre a través de un
decreto de la congregación para el culto divino, (11 de febrero 2018), en donde
precisa que dicha celebración se debe realizar cada año, el lunes siguiente a
la solemnidad de Pentecostés.
Pensar
en María como nuestra madre, nos ayuda a recordar que “el crecimiento de la
vida cristiana, debe fundamentarse en el misterio de la Cruz, en la ofrenda de
Cristo en el banquete Eucarístico, y en la Virgen oferente, madre del Redentor
y de los redimidos.” Pensemos en María Santísima junto a la Cruz, de acuerdo al
santo Evangelio, (cfr. Juan 19,25) aceptó el testamento de amor de su Hijo y
acogió a todos los hombres, personificados en el discípulo amado, como
hijos para regenerar a la vida divina, convirtiéndose en amorosa nodriza de la
Iglesia que Cristo ha engendrado en la cruz, entregando el Espíritu.
María,
solícita guía de la Iglesia naciente, inició la propia misión materna ya en
el cenáculo, orando con los Apóstoles en espera de la venida del Espíritu Santo
(cfr. Hechos 1,14). Con este sentimiento, la piedad cristiana ha honrado a
María, en el curso de los siglos, con los títulos, de alguna manera
equivalentes, de Madre de los discípulos, de los fieles, de los
creyentes, de todos los que renacen en Cristo y también «Madre de la
Iglesia» Ese es el sentir del Papa Francisco.
El
Papa san Pablo VI,
dirigiéndose a los padres conciliares del Vaticano II, declaró que María
Santísima es Madre de la Iglesia. La Virgen María es la Madre de todos los
hombres y especialmente de los miembros del Cuerpo Místico de Cristo, desde
que es Madre de Jesús por la Encarnación. Jesús mismo lo confirmó desde la Cruz
antes de morir, dándonos a su Madre por madre nuestra en la persona de San
Juan, y el discípulo la acogió como Madre.
En María Santísima encontramos excelentes
virtudes cristianas: La fe y la dócil aceptación de la Palabra de Dios -La
obediencia generosa -La humildad sencilla -La caridad solicita -La sabiduría
reflexiva -La piedad hacia Dios pronta al cumplimiento de los deberes
religiosos. -La gratitud por los bienes recibidos.