Padre,
Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Dijo Jesús a sus discípulos: Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿Qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos?” °°° Mateo 5, 43-48.
“Dijo Jesús a sus discípulos: Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿Qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos?” °°° Mateo 5, 43-48.
El Hijo de José y María presenta el Código de comportamiento social, para una persona creyente, bautizada, respetuosa de los asuntos de Dios. Hay que perdonar, para ser perdonados; hay que entender, para ser entendidos; hay que orar para que Dios con su infinita misericordia no permita que nos salgamos de nuestros cabales. Hay que colocar al enemigo no contra la pared sino en la patena de la consagración. Jesucristo es el mejor ejemplo de comportamiento social: La regla de oro es imitar a Dios. El que es dócil tiene todo el camino disponible para alcanzar la corona que nunca se marchita. El apóstol san Pablo en su carta a los Romanos nos permite conocer los frutos de la docilidad del espíritu: “Vuestra caridad sea sin fingimiento; detestando el mal, adhiriéndoos al bien; amándoos cordialmente los unos a los otros; estimando en más cada uno a los otros. (cfr. Romanos 12,9).